Seis dirigentes de cuatro Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) y de un Nuevo Punto de Reagrupamiento (NPR) en el suroriente del país, donde ex guerrilleros de las FARC adelantan tareas en su paso a la vida civil tras dejar las armas, tomaron la decisión de dejar estos sitios y abandonar sus responsabilidades con aproximadamente 1.500 ex combatientes que residen allí.

Los funcionarios de la Misión asignados a la verificación de dichos espacios así lo comprobaron y siguen de cerca esta situación. A pesar de la salida de esos dirigentes, agrega ese equipo de la ONU, que vigila la reincorporación, que los ex combatientes y sus familias siguen viviendo, estudiando y trabajando allí, comprometidos con ese proceso.

«Independientemente de los motivos que llevaron a estos excomandantes a tomar esta decisión, están incumpliendo su obligación en virtud del capítulo 3.3 del Acuerdo Final de Paz que los compromete a ‘contribuir activamente a garantizar el éxito del proceso de reincorporación’. Además, en este momento de transición, están generando cuestionamientos al proceso de reincorporación y de paz cuando en su conjunto los miembros y dirigentes de la Farc continúan apostándole al proceso de paz a pesar de las múltiples dificultades que han enfrentado en este camino», señaló este jueves la misión, dirigida por el francés Jean Arnault.

La misión destacó que en esos espacios del suroriente, los ex combatientes de las FARC y sus familias han desarrollado más de 40 proyectos productivos de todo tipo, en su gran mayoría financiados por ellos mismos, con el apoyo de algunas universidades, organizaciones no gubernamentales, la comunidad internacional y empresarios de la región. 

«El éxito de estos proyectos sigue siendo fundamental para lograr una reincorporación efectiva de esas personas», agregó y señaló que «hoy más que nunca es indispensable intensificar el apoyo gubernamental a esa  reincorporación productiva».

Los líderes de las FARC, que hasta hace poco estaban comprometidos con el proceso de paz, pero que abandonaron sus tareas en el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común y cuyo paradero se desconoce son Iván Márquez, el Paisa y Romaña. 

Estos tres miembros de la FARC no son los únicos que renunciaron a sus esquemas de seguridad. En total son nueve los ex guerrilleros que desistieron de los escoltas dispuestos por la Unidad Nacional de Protección (UNP). 

Fabián Ramírez, quien manejó el negocio del narcotráfico en el Catatumbo; Manuel Político, Zarco Aldinever, Enrique Marulanda, Iván Alí y Albeiro Cordoba son los demás dirigentes del movimiento político que renunciaron al esquema de seguridad y dirigían precisamente la reincorporación en algunos espacios de oriente que mencionó la misión. 

Los ex guerrilleros se encontraban en zonas de concentración de Miravalle, en San Vicente del Caguán, en Caquetá; La Pradera en Putumayo, Villavicencio y El Diamante en el Meta, y el Charras en San José del Guaviare.


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