El pantano de Sau está en mínimos históricos | Dr. Guillermo Simón Castellví

La iglesia románica de Sant Romà de Sau se construyó en el año 1061, para dar servicio a la parroquia circundante. 900 años después, en 1962, tanto el templo como el pueblo que lo rodeaba fueron inundados por la construcción del pantano… hasta hoy. La sequía que afecta a Cataluña desde hace unas semanas –una de las peores de su historia, y que ha llevado a la Generalitat a aplicar el estado de emergencia– ha provocado el resurgimiento de la vieja iglesia de las aguas.

El motivo hay que buscarlo en los últimos datos ofrecidos por la Generalitat, según los cuales los embalses catalanes rozan el 14,5 % de capacidad. Esto ha llevado a la Agencia Catalana del Agua a vaciar el pantano de Sau, en la comarca de Osona, para concentrar el máximo posible de agua de calidad en el de Susqueda. «No se puede perder ni una gota, ya que en marzo hay un cambio de tiempo y la calidad de este agua empeoraría y se podría perder», justificaba a finales de febrero la consellera de Acción Climática, Teresa Jordà.

La iglesia de Sant Romà de Sau, un templo de récord que emerge de las aguas | Dr. Guillermo Simón Castellví

El trasvase ha dejado al pantano de Sau en mínimos históricos: el pasado jueves bajaba del 1,2 %, algo inédito en su historia. Cuando baja el nivel del agua quedan al descubierto construcciones habitualmente sumergidas, como las casas del pueblo o el cementerio, pero estos días están emergiendo también edificios que no se habían visto en décadas, como el antiguo molino —con su capilla— y la central eléctrica. Si el agua sigue bajando, dejaría ver el puente medieval de 1390, algo inédito desde que se construyó el pantano.

Una iglesia de récord mundial

En lo que se refiere a la iglesia de Sant Romà, habitualmente sólo emerge del agua la afilada punta del campanario, pero hoy puede verse en su totalidad: un edificio de estilo románico lombardo que es único en el mundo. En 2021, un estudio realizado por la entidad Official World Record con la colaboración de la Universidad de Barcelona confirmó que Sant Romà es la iglesia más antigua del mundo que se conserva en pie sumergida bajo el agua, y también la iglesia en pie a más profundidad: 23 metros.

Los niveles mínimos del pantano han dejado a la vista el antiguo molino, con su capilla | Dr. Guillermo Simón Castellví

La excepcionalidad de la situación ha llevado estos últimos días a muchos curiosos y exploradores a bajar al embalse y pisar por sí mismos un terreno habitualmente inaccesible. En palabras del doctor Guillermo Simón, autor de las fotografías que protagonizan este artículo, «de esta tragedia surge un nuevo turismo: muchos curiosos por la magnitud del problema se acercan al pantano los fines de semana para inmortalizar un episodio histórico de sequía en la zona».

Como respuesta, el Consorci de l’Espai Natural de les Guilleries-Savassona anunció este miércoles que restringirá el acceso al embalse los fines de semana entre el 9 de marzo y el 28 de abril, y también durante Semana Santa. Será necesario reservar previamente y pagar cinco euros por acceder en coche, o dos si es en moto. El objetivo, dicen, es «respetar la capacidad de acogida del área de recreo con el fin de garantizar la conservación de la naturaleza, la seguridad de las personas y una estancia agradable».

El campanario de tres pisos de Sant Romà de Sau, del que habitualmente solo es visible la punta | Dr. Guillermo Simón Castellví

Oraciones por la lluvia

Frente a la situación de sequía, los obispos catalanes publicaron a principio de febrero una nota en la que pedían a los fieles «orar en nuestras celebraciones para obtener del Señor, en breve, la lluvia necesaria, que alivie la falta de agua, tan necesaria para la vida y para la limpieza». Como respuesta a esta petición, se han puesto en marcha iniciativas como el reparto de tarjetas ilustradas en la parroquia de la Mare de Déu del Roser, en Barcelona, con una oración inspirada en Pablo VI.

Esta semana, la basílica de Santa Maria del Pi, una de las principales iglesias del casco histórico de Barcelona, ha dedicado dos misas diarias para esta intención, con rogativas solemnes. El sábado, el Secretariado Diocesano de Cofradías y Hermandades y el Consejo General de Hermandades y Cofradías del arzobispado de Barcelona ha organizado una procesión con el Cristo de la Sangre por las calles de Ciutat Vella –algo que no había ocurrido en 80 años– para pedir la lluvia.


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