Reinvención. Eso define al empresario Paul Allen, magnate de negocios e inversor estadounidense, quien fue cofundador de Microsoft junto a Bill Gate. Pero Allen se retiró de la marca cuando le diagnosticaron la enfermedad de Hodgkin.

Volvió a Microsoft en 1990, cuando Bill ya se había convertido en la persona más rica del mundo. Entró en la compañía ocupando una posición directiva. Y no se quedó atrás, ese mismo año creó Vulcan Ventures, un fondo de capital de riesgo especializado en servicios de cable y banda ancha. Paul Allen participó en más de 140 compañías, entre las que destacan Priceline, Dreamworks, GoNet, Oxygen y Metricom.

A principios de septiembre de 2000, Paul Allen decidió abandonar Microsoft y todos los cargos que ocupaba. En un emotivo comunicado, firmado por el propio Bill Gates, se reconocía la contribución de Allen al éxito de la compañía. Luego ejerció como consejero estratégico. Ese año, vendió 68 millones de acciones, pero al morir todavía poseía 138 millones, lo cual constituía la mayor parte de su riqueza.

En octubre de 2004 Allen confirmó que era el único inversor detrás del proyecto de la nave espacial comercial suborbital SpaceShipOne de la empresa Scaled Composites de Burt Rutan. SpaceShipOne alcanzó una altitud de 115 090 metros y fue el primer esfuerzo de financiación privada de éxito al poner a un civil en el espacio suborbital. Ganó el Premio Ansari X y recibió 10 millones de dólares.

El 13 de diciembre de 2011, Allen anunció la creación de sistemas Stratolaunch. Este es un sistema de lanzamiento orbital consistente en un avión de reacción con seis motores y fuselaje doble, capaz de transportar un cohete a gran altura. El cohete entonces se separa de su aeronave de transporte y con sus propios motores completa su ascenso a la órbita terrestre. De tener éxito, este proyecto sería el primer sistema de transporte espacial totalmente financiado con fondos privados. Luego de su muerte, en enero de 2019 se anunció que el proyecto se canceló.

Descubrimientos

Allen también afirmó que descubrió los restos del acorazado con mayor potencia de fuego de la historia, un navío japonés hundido en 1944 en la Segunda Guerra Mundial por la Marina estadounidense frente a las costas filipinas. El multimillonario subió fotos y videos a Internet de supuestas partes del «Musashi», detectado por un robot a bordo del «Octopus», el yate de Allen consagrado a la exploración y la investigación científica.

Los restos de la nave reposan a una profundidad de un kilómetro en el mar de Sibuyán, en el centro del archipiélago filipino, escenario de una de las grandes batallas navales de la guerra del Pacífico en 1944.

«Descanse en paz la tripulación del Musashi, se perdieron 1023 vidas, en el bombardeo del navío llevado a cabo por unidades de los Estados Unidos el 24 de octubre de 1944”, dijo Allen en Twitter.


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