La dirigente oficialista Stella Marina Lugo Betancourt integra un clan familiar que posee notable poder en Venezuela. Hace unos días llegó a Argentina para presentarse como la nueva embajadora del régimen de Nicolás Maduro.
La funcionaria se identificó ante algunos venezolanos como la nueva embajadora de Maduro en ese país, durante una jornada especial de entrega de pasaportes que se hizo en la sede del cuerpo diplomático de Venezuela en Buenos Aires. Esa instalación todavía sigue ocupada por funcionarios chavistas, reseñó Infobae.
No obstante, el líder del socialismo en Venezuela no ha hecho un anuncio oficial sobre la designación de Lugo Betancourt.
Lugo Betancourt es miembro de un clan familiar que mandó por 17 años en el estado Falcón. Este clan está acusado de varios casos de corrupción. Además, el pasado octubre terminó señalado por estar relacionado supuestamente con una organización criminal que traficaría drogas y oro a islas del Caribe, como Aruba y Curazao.
El presidente de la Subcomisión de Lucha Antidroga, Antiterrorismo y Delincuencia Organizada de la Asamblea Nacional, diputado José Luis Pirela, hizo la denuncia el 29 de octubre.
En ese momento, indicó que esta familia estaría otorgando concesiones a presuntos negocios turísticos en el archipiélago. Pero la realidad es que son una fachada de un supuesto esquema de narcotráfico y traslado de minerales, aseguró el medio de Argentina.
Stella se desempeñó hasta la pasada semana como la jefa del gobierno del Territorio Insular Francisco de Miranda. Ese cargo es responsable de administrar los archipiélagos de la Orchila, Las Aves y Los Roques.
Pirela afirmó que en Los Roques operaría una red criminal en la que participaría Noel Lugo y Carlos Betancourt, hermano y primo de la supuesta embajadora de Maduro.
Entre los años 2008 y 2017, la funcionaria del régimen de Maduro fue gobernadora del estado Falcón. Así se convirtió en la sucesora de su esposo, Jesús Montilla Aponte, quien dirigió la región desde el año 2000 durante ocho años consecutivos.
Durante esa gestión hubo unas actividades que estuvieron salpicadas de diversos escándalos de corrupción. José Amalio Graterol, dirigente de Vente Venezuela, los acusó de saquear la entidad. Además, los culpó del incumplimiento de edificaciones de grandes infraestructuras. Entre ellas destacan el Acueducto Bolivariano y la Planta Josefa Camejo, construcciones que se convertirían en una solución a la crisis eléctrica y de escasez de agua que afectan a Venezuela.
No obstante, ese no fue el único escándalo en el que estuvo inmerso el esposo de Stella Lugo. En octubre de 2016 fue acusado de comandar un asalto violento en contra de la Asamblea Nacional, que dejó heridos a algunos diputados de la oposición y trabajadores del Parlamento. Montilla se defendió con el argumento de que trataba de calmar los enfrentamientos, pero en las imágenes de ese día apareció junto a los agresores.