Jefe negociador del ELN
El jefe negociador del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Israel Ramírez, alias Pablo Beltrán, habla durante el cierre de la tercera ronda de conversaciones de paz hoy en La Habana (Cuba). Foto: EFE/Ernesto Mastrascusa

El jefe negociador de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Israel Ramírez, alias Pablo Beltrán, aseguró este viernes, en el cierre del tercer ciclo de negociaciones de paz con el gobierno, que el cese el fuego bilateral que han alcanzado y anunciado este viernes busca que «Colombia cambie».

El cese el fuego, que se irá implementando progresivamente pero se oficializará el 3 de agosto por 180 días, «busca un propósito humanitario, rebajar el conflicto para que en Colombia haya un mejor clima para la participación de la sociedad», dijo Beltrán.

Las dos partes han logrado el cese el fuego bilateral más largo hasta la fecha, que contempla una primera fase de alistamiento hasta el 6 de julio en el que se dará la orden de detener las ofensivas y se oficializará el 3 de agosto, por lo que estará vigente, si no hay problemas, lo que resta del año.

«Que este sea el acuerdo de la gente», pidió Beltrán, quien advirtió que «cuenten con el ELN para resolver causas, no consecuencias» y pidió la inclusión de la sociedad civil para cambiar el Estado.

El ELN llama a no repetir errores de procesos anteriores de paz

«Aspiramos a que haya con la participación de la sociedad análisis profundos de las causas que originan el conflicto», dijo el jefe negociador de la guerrilla.

El cese el fuego bilateral no contempla explícitamente prácticas «hostiles» como el secuestro o el reclutamiento de menores de edad, que han realizado repetidamente esta guerrilla, pero alude a la «buena fe» de las dos partes.

Al acto, encabezado por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, que viajó a La Habana, y el cubano, Miguel Díaz-Canel, también asistió, por primera vez en las tres rondas que se han realizado desde ahora, el jefe del ELN, Eliécer Chamorro, alias Antonio García.

García quiso hacer énfasis, ante las voces críticas, en que esta guerrilla está unida y responde ante un único mando, el que está presente en la mesa de diálogos.

«Somos una sola voz que representamos la rebeldía armada de Colombia», alegó el líder de la guerrilla, quien llamó a no repetir errores de procesos anteriores de paz, haciendo alusión a las FARC y la creación de disidencias.

Y confesó: «Somos plenamente conscientes de que aún no hemos firmado acuerdos sustanciales, solamente acuerdos de procedimiento que nos permitan avanzar en acuerdos sustanciales para que Colombia cambie».

Pero se comprometió a «hacer un intento para dejar la violencia» para que la «voz» de la gente «se pueda escuchar más».


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