Japón de
Foto: AFP

El gobierno de Japón prolongó el viernes el estado de emergencia sanitaria en buena parte del país hasta el 20 de junio, es decir, un mes antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Tokio, que se mantienen pese a las dudas que suscitan dentro y fuera del país.

«El número de casos ha bajado desde mediados de mes, pero la situación sigue siendo incierta», dijo el primer ministro Yoshihide Suga, al anunciar la decisión.

«En Tokio y Osaka, el número de nuevas infecciones sigue siendo elevado», agregó.

Tokio y otros nueve departamentos del país, entre ellos Osaka y Kioto (oeste) deben respetar desde hace semanas este estado de emergencia, una medida que prohíbe la venta de alcohol en bares y restaurantes y los obliga a cerrar temprano. La medida iba a expirar el 31 de mayo.

Las restricciones no tienen nada que ver con los confinamientos aplicados en otros lugares del mundo, que han sido y son mucho más severos.

El gobierno japonés está siendo criticado por la lentitud en la vacunación y por su insistencia en mantener los Juegos, que se celebrarán del 23 de julio al 8 de agosto.

El evento deportivo es visto por buena parte de la población, empresarios y organizaciones médicas como un factor de riesgo sanitario, por la llegada de decenas de miles de deportistas, representantes oficiales y periodistas del mundo entero.

Sin embargo, los organizadores insisten en que los Juegos serán seguros y contarán con reglas estrictas para proteger a los participantes y a la población local.

Las encuestas muestran que la mayoría de la población japonesa se opone a su celebración, pero por ahora las protestas para pedir su anulación solo han reunido a unas decenas de personas.

«Una amenaza»

Esta semana, el diario japonés Asahi, el segundo más vendido del país y uno de los socios del gobierno en la organización del evento, pidió que los Juegos se anulen porque son «una amenaza para la salud».

También denunció el egoísmo del Comité Olímpico Internacional (COI), cuyo vicepresidente, John Coates, declaró la semana pasada que los Juegos se celebrarán incluso si Tokio seguía bajo el estado de emergencia en ese momento.

Esta semana, dos asociaciones médicas también pidieron la anulación para evitar un «desastre» o al menos que se celebren sin espectadores, ni extranjeros ni locales.

Por ahora, Japón ha prohibido los espectadores extranjeros y decidirá en junio si permite el ingreso de público local.

«Creo que el número de público se decidirá una vez se levante el estado de emergencia», dijo el viernes Seiko Hashimoto, presidenta del comité organizador Tokyo-2020.

Algunos deportistas también han mostrado sus reticencias a estos juegos. El número uno mundial del tenis, Novak Djokovic, declaró el jueves que estaba reconsiderando su participación si el público no estaba autorizado.

El debate Juegos sí o Juegos no también ha llegado a las autoridades del mundo. El presidente estadounidense Joe Biden se dijo favorable a su celebración y el jueves, la Unión Europea (UE) respaldó mantenerlos por considerarlos «símbolo de la unidad mundial para vencer al covid-19».

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, aseguró que la autorización de la UE para exportar más de 100 millones de dosis de vacunas anticovid a Japón era una «señal clara del apoyo e importancia que se da a los Juegos Olímpicos y a la seguridad del evento».

El programa de vacunación japonés ha avanzado lentamente y menos de 2,5% de la población está completamente vacunada en este momento. Pese a todo, el coronavirus ha golpeado a Japón con menos fuerza que a otros lugares y el país registra 12.500 muertes pese a que evitó aplicar cierres drásticos.


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