Irán informó este martes el desmantelamiento de una «nueva red» de espionaje vinculada a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, en plena creciente tensión bilateral, ante la cual Rusia y China manifestaron su preocupación.

La crisis se acentuó con el anuncio por parte del Pentágono, el lunes, sobre el refuerzo del dispositivo militar estadounidense en Oriente Medio, luego de que Irán afirmó su intención de superar el límite previsto por el acuerdo sobre el programa nuclear iraní que tenía como objetivo restringir las actividades sensibles de Teherán.

“Con base en nuestras propias informaciones e indicios recolectados al interior de los servicios, descubrimos recientemente las nuevas personas reclutadas por los estadounidenses y desmantelamos esa nueva red”, anunció Irna, la agencia oficial iraní, que cita al “jefe del contraespionaje del Ministerio de Inteligencia”.

Algunos espías de la red que según Irna fue instalada por la CIA, ya fueron detenidos y entregados a la justicia. Sin embargo, la agencia no da ninguna cifra y no precisa la nacionalidad de los sospechosos.

Irán y Estados Unidos viven una relación tensa luego de la retirada unilateral estadounidense del acuerdo nuclear y el restablecimiento de las sanciones económicas estadounidenses en Teherán en 2018. La crisis se incrementó con los ataques contra petroleros ocurridos en mayo y junio en la región del golfo, atribuidos por Estados Unidos a Irán, que lo desmintió.

El acuerdo firmado en 2015 en Viena fue fruto de intensos esfuerzos diplomáticos entre Irán, Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia. Su objetivo es limitar drásticamente la capacidad atómica de Teherán, a cambio de un levantamiento de las sanciones económicas internacionales contra la República Islámica.

Desde hace meses Irán presiona a sus otros socios para que lo ayuden a mitigar los efectos devastadores de las medidas impuestas por Estados Unidos.

Hasta el momento el Organismo Internacional de Energía Atómica siempre certificó que Irán se ajustaba a los compromisos adquiridos en Viena.

“Caja de pandora”

Frente a la escalada de tensiones, Rusia, país aliado de Irán, llamó a la “prudencia”. “Preferiríamos que no se apliquen medidas que puedan provocar un incremento de las tensiones en esta región de por sí tan inestable”, declaró el portavoz del Kremlin.

El ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, llamó el martes a Irán a tomar decisiones prudentes y advirtió, a la vez, contra la apertura de una “caja de Pandora” en Oriente Medio luego del anuncio de Washington.

Estados Unidos instó al mundo a “no ceder al chantaje nuclear de Irán”, en palabras de Morgan Ortagus, portavoz del Departamento de Estado.

Su aliado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que considera a Irán como una amenaza para la existencia de su país, llamó a la comunidad internacional a imponer inmediatamente sanciones contra Teherán, tan pronto como sus reservas de uranio enriquecido superen el límite fijado.

“He autorizado el envío de 1.000 soldados adicionales con fines defensivos para contrarrestar amenazas aéreas, navales y terrestres en Medio Oriente”, precisó el lunes el jefe del Pentágono, Patrick Shanahan, poco después de que el Pentágono publicó nuevas fotografías que, detalló, demuestran que Irán atacó dos petroleros la semana pasada en las aguas del golfo de Omán.

El anuncio de Irán

Irán anunció el lunes que sus reservas de uranio enriquecido sobrepasarían el límite impuesto, a partir del 27 de junio, en el acuerdo internacional sobre su energía nuclear.

“Hoy empezó la cuenta regresiva para sobrepasar los 300 kilogramos de reservas de uranio enriquecido y en 10 días superaremos ese límite”, declaró el portavoz de la Organización Iraní de Energía Atómica, Behruz Kamalvandi, en una conferencia de prensa difundida en directo por la televisión estatal.

El presidente iraní, Hasan Rohani, ya había anunciado en mayo que su país dejaría de cumplir sus compromisos respecto “al grado de enriquecimiento del uranio”, y que retomaría su proyecto de construcción de un reactor de agua pesada en Arak (centro), si los países que siguen suscribiendo el pacto nuclear no lo ayudaban a sortear las sanciones estadounidenses.

El reactor de Arak se suspendió luego del acuerdo de Viena, que también obliga a Irán a no enriquecer uranio por encima de 3,67%, una cifra muy por debajo del 90% necesario para fabricar un arma atómica.


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