Irak

El gobierno de Irak deploró los ataques iraníes de esta madrugada contra bases militares iraquíes con presencia de Estados Unidos y pidió de forma unánime a Washington y Teherán que no conviertan su territorio en un campo de batalla para la escalada de tensión entre ambos.

Bagdad, que ya condenó el ataque de Estados Unidos el pasado viernes en su suelo en el que murió el general iraní, salió este miércoles a reprobar la respuesta de Teherán por los mismos motivos.

Para un país sumido en una concatenación de conflictos desde hace décadas no han servido de excusa ni el hecho de que no haya habido bajas en estos ataques con misiles ni que Irán le hubiese avisado en un mensaje oficial de los mismos, tal y como confirmó en un comunicado el primer ministro iraquí, Adel Abdelmahdi.

Bagdad pide contención

Luego de la caída de proyectiles en las bases de Ain al Asad, en la provincia de Al Anbar (oeste), y Harir, en el Kurdistán iraquí (norte), el dirigente dimisionario y también comandante de las Fuerzas Armadas iraquíes llamó a las partes a la contención y a hacer primar la razón.

En este contexto, su Ejecutivo trabaja para evitar una escalada y cualquier violación de la soberanía iraquí, según la nota de la oficina de Abdelmahdi.

En esta línea, también el presidente del país árabe, Barham Saleh, pidió moderación y autocontrol. Para así «evitar cualquier choque militar en el territorio de Irak y meter a los iraquíes en una nueva guerra», dijo.

«La Presidencia reitera su rechazo de las violaciones repetidas de la soberanía nacional y que el país se convierta en un campo de guerra para las partes beligerantes», dijo la oficina de información de Saleh en un comunicado citado por la agencia de noticias estatal iraquí INA.

Ante el aumento de las tensiones y pese a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró en un discurso a media tarde que su país está preparado «para abrazar la paz con todos aquellos que la buscan», el Ministerio de Exteriores iraquí también llamó al autocontrol.

Siguiendo la estela de Saleh, el departamento pidió a la partes implicadas que no conviertan Irak en «un campo de guerra para rendir sus cuentas». Además de calificar el ataque de anoche como una violación a su soberanía.

Precisamente para trasladar estos mensajes, anunció que convocará al embajador iraní en Bagdad, Iraj Masjedi.

Reacciones desde otros frentes

La autoridad de la región autónoma del Kurdistán iraquí, cuya capital fue uno de los objetivos de la acción iraní, abogó por soluciones no militares a la crisis. Así lo dijo en un comunicado emitido después de la reunión conjunta de la Presidencia, el Parlamento y el Consejo de Ministros kurdos.

El más optimista ha sido el clérigo chií Muqtada al Sadr, quien declaró el fin de la crisis después de la intervención de Trump. A pesar de que anunció nuevas y «poderosas» sanciones contra Teherán, y llamó a renegociar el pacto nuclear alcanzado en 2015. Estados Unidos se salió del pacto en 2018.

«Invito a las facciones iraquíes a que tengan paciencia y no tomen la iniciativa en actos militares, silenciar la voz del fanatismo de algunos indisciplinados. Hasta llevar a cabo todas las políticas, parlamentarias e internacionales», dijo Al Sadr por Twitter.

Y es que para muchos la pelota está ahora en el tejado de las milicias progubernamentales iraquíes Multitud Popular, integradas principalmente por chiíes. Presuntamente apoyadas por Teherán y que perdieron a varios miembros en el ataque contra Soleimaní el pasado viernes.

Qais Jazali, fundador de Asaib Ahl al Haq o Liga del pueblo de la Verdad, una de los grupos integrados en estas milicias, aseguró este miércoles que «llegó la hora de la primera respuesta iraquí al asesinato de (Abu Mahdi) al Mohandes», número dos de la Multitud Popular, fallecido junto al comandante de las Fuerzas Quds iraníes.

El líder chií, miembro de la lista de terroristas de Estados Unidos, prometió que «la respuesta no va a ser menos que la respuesta iraní».


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