Guantánamo
La cárcel comenzó a operar en 2002 | GETTY IMAGES

«Estados Unidos debe cerrar Guantánamo y pedir disculpas y compensar a las víctimas de torturas cometidas en la prisión». Así lo dijo Fionnuala Ní Aoláin, la primera experta de la ONU en derechos humanos que ha podido visitar el centro de detención.

En una conferencia de prensa en Nueva York de este lunes, Ni Aoláin dijo que todos los detenidos a los que pudo ver sufren secuelas por los malos tratos sistemáticos; así como la arbitrariedad con la que los tratan.

«Observé que tras dos décadas bajo custodia, el sufrimiento de los detenidos es profundo y continúa», dijo la abogada irlandesa. Ni Aoláin además señaló que para muchos de ellos «la línea que divide el pasado del presente es extremadamente delgada».

«Para algunos es simplemente inexistente y sus experiencias pasadas de tortura viven con ellos en el presente y sin una perspectiva de final a la vista», insistió la relatora especial para la protección de los derechos humanos en la lucha antiterrorista.

Para Ni Aoláin, las torturas en Guantánamo suponen una traición a los derechos de las víctimas de los atentados del 11S.

«El gobierno de Estados Unidos debe dar urgentemente resolución judicial, disculpas y garantías de no repetición», insistió.

21 años de Guantánamo

La base naval estadounidense en la bahía de Guantánamo (Cuba) alberga desde 2002 una prisión por la que han pasado cerca de 800 detenidos. La gran mayoría correspondió -al menos durante los primeros años- a prisioneros capturados en Afganistán.

Con el tiempo, algunos han sido liberados, otros han sido reubicados en terceros países o repatriados a sus lugares de origen. Y algunos han muerto en custodia, mientras que muy pocos han afrontado cargos concretos o han sido juzgados y encontrados culpables.

Actualmente quedan en la instalación 30 personas. Y, según la experta, aunque las condiciones de detención han mejorado, siguen viéndose prácticas que no cumplen con los estándares mínimos.

«El total de estas prácticas y omisiones tiene un efecto de acumulación en la dignidad y los derechos y libertades fundamentales de cada detenido. Y suponen, en mi opinión, un tratamiento cruel, inhumano y degradante bajo la ley internacional», señaló.

El gobierno de Joe Biden ha declarado su intención de cerrar la instalación, pero por ahora continúa abierta.

Al respecto, Ni Aoláin apuntó que el cierre debe ser una prioridad, pero también admitió que es algo que resulta complejo.

La relatora especial alabó a Washington por dar luz verde a su visita, la primera de este tipo que se permite desde que se abrió Guantánamo bajo la Administración de George W. Bush (2001-2009).

«El gobierno de Estados Unidos ha dado ejemplo, mostrándose preparado para responder a los asuntos de derechos humanos más difícil», destacó. Y aseguró que las autoridades le dieron acceso a todos los lugares que solicitó.


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