El nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, afirmó en su primer discurso que hay que «reparar las heridas del estallido social». Ello en referencia a la ola de protestas que comenzó en 2019 y dejó una treintena de fallecidos y miles de heridos.
Boric
«Necesitamos reparar las heridas que quedaron del estallido social. Por eso hemos retirado las querellas por Ley de Seguridad Interior del Estado». Así lo afirmó desde un balcón en el Palacio de La Moneda, sede del gobierno chileno.
El día anterior, su gobierno anunció que eliminaría casi 140 querellas contra manifestantes que fueron detenidos durante esa masiva ola de manifestaciones, que remecieron los cimientos del país y pusieron en jaque al gobierno del entonces mandatario, Sebastián Piñera.
«Tenemos la convicción de que como chilenos y chilenas tenemos la obligación de encontrarnos y vamos a trabajar intensamente en aquello», agregó.
Posibles indultos
«Juicio contra Piñera», gritaban las masas que se congregaron para escuchar las primeras palabras del mandatario. Este, a loss 36 años de edad es el más joven y más votado de la historia de Chile.
También se refirió al posible indulto a los manifestantes detenidos, uno de los asuntos más espinosos de la campaña electoral y de los últimos meses del mandato de Piñera.
«Hemos hablado con sus familiares, saben que estamos en ello», señaló.
Mientras que la derecha repudia la idea de una amnistía y sostiene que en Chile no hay presos políticos. Desde la izquierda denuncian que durante las marchas se produjo una respuesta estatal desproporcionada seguida de detenciones masivas.
Parlamento
El Parlamento discute un proyecto de ley para otorgarles el perdón, iniciativa sobre la que Boric se posicionó a favor en un comienzo pero sobre la que más tarde mostró recelo.
“No es aceptable pensar en un indulto para todos», dijo hace unos meses.
Boric lidera una coalición entre el Frente Amplio y el Partido Comunista, una alianza con un programa que promete cambios estructurales en el sistema chileno, profundamente neoliberal, y un modelo de bienestar parecido al europeo.
Para los expertos, su gobierno supone el inicio de una nueva era política, puesto que el joven mandatario es el primer presidente que no forma parte de los dos grandes bloques de centro que gobernaron desde el retorno a la democracia en 1990 y es el más izquierdista desde Salvador Allende (1970-1973).