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La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern | Foto: AFP

Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur. Estos países se mostraron en 2020 como ejemplos de éxito de la gestión de la pandemia del coronavirus. Tienen relativamente pocos casos y muertes, muy por debajo del promedio mundial. Y lo han logrado sin recurrir a medidas extremas. Sin embargo, tienen algo más en común: ahora están rezagados en la carrera por vacunar.

Estos países, que tienen sistemas de salud envidiables, no comenzarán a inocular a sus habitantes hasta finales de febrero, o incluso más tarde. Pero la espera es deliberada.

Nueva Zelanda

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La premier Jacinda Ardern fue elogiada por su estrategia para enfrentar la pandemia | Foto: AP

 

«Nueva Zelanda no ha tomado una decisión para la aceleración de emergencia de la vacunación, ya que no nos enfrentamos a la magnitud de la crisis de salud pública que muchos países están viviendo en este momento». Así lo explicó a La Nación David Murdoch, inmunólogo y decano de la Universidad de Otago, en Christchurch.

Y agregó: «Se trata más de no apresurarse innecesariamente que de esperar. Queremos asegurarnos de que el sistema de distribución y monitoreo esté bien configurado y que la cadena de suministro esté lista».

De hecho, el gobierno ya asignó 66 millones de dólares para la compra de equipo e infraestructura para apoyar el despliegue de la vacuna. Además, el país ya tiene suficientes dosis aseguradas para cubrir a toda la población.

Firmó un acuerdo con Pfizer/BioNTech por 1,5 millones de dosis; con Janssen Pharmaceutica por cinco millones de dosis; con Novavax por 10,72 millones de dosis, y con AstraZeneca por 7,6 millones.

También forma parte de la iniciativa global Covax, que tiene como fin garantizar el acceso equitativo a las vacunas que se logren desarrollar contra el coronavirus.

Sin embargo, Nueva Zelanda todavía no aprobó ninguna de estas fórmulas en su territorio. Medsafe, el ente nacional que evalúa las solicitudes de todos los medicamentos nuevos, incluidas las vacunas, deberá asegurarse de que cumplan con los estándares internacionales y los requisitos locales de calidad, seguridad y eficacia antes de que puedan ser aprobadas y utilizadas en el país.

«Nueva Zelanda nunca antes había intentado un programa de inmunización de esta escala y complejidad. Todos los componentes básicos se están implementando para garantizar que funcione de la manera más fluida posible. Medsafe simplificará sus procesos de evaluación, pero no se comprometerá la seguridad de la vacuna contra el coronavirus. Los científicos monitorearán los datos de los ensayos clínicos y aprenderán de la experiencia de otros países», anunció en un comunicado el 16 de diciembre de 2020 el Ministerio de Salud.

Como las vacunas posiblemente estarán disponibles por etapas, el gobierno dará prioridad a los trabajadores de fronteras y al personal esencial que están en mayor riesgo de contraer el coronavirus.

«Esperamos que las vacunas se entreguen a nuestros trabajadores de primera línea en el segundo trimestre de 2021», se lee en la página sobre el plan de vacunación del Ministerio de Salud.

La vacunación del público en general recién comenzará en la segunda mitad del año, sujeta a que Medsafe apruebe las vacunas como seguras y eficaces para su uso en Nueva Zelanda.

«La seguridad siempre será nuestra prioridad. Estamos listos para movernos rápidamente, pero no nos apresuraremos ni comprometeremos la seguridad de ninguna manera», aclara el organismo.

Australia

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Una calle vacía en Adelaida, Australia, cuando el gobierno ordenó el confinamiento | Foto: AFP

En Australia, la situación es similar a la de Nueva Zelanda. El país tiene dosis aseguradas para vacunar a toda su población más de cinco veces, fruto de acuerdos con Oxford/AstraZeneca, que le garantizará 53,8 millones de dosis; con Novavax, por 51 millones de dosis; y con Pfizer/BioNTech, que le proveerá 10 millones de dosis desde principios de 2021. Además, un pago inicial de 123,2 millones de dólares a la alianza Covax le permitirá la compra de más de 25 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus para la población australiana.

No obstante, el país no planea comenzar con la campaña de vacunación hasta principios de marzo y el ministro de Salud, Greg Hunt, dijo que Australia se enorgullecía de ser parte del grupo de «los países más exitosos del mundo en la gestión» del covid-19.

El lanzamiento incluso estaba programado para finales de ese mes, pero se adelantó después de semanas de presión política por parte del Partido Laborista, un pedido que ahora se hizo eco en todo el espectro político y por expertos independientes que quieren una vacunación más rápida para responder a la nueva cepa del Reino Unido.

Por su lado, el primer ministro australiano, Scott Morrison, intervino en el debate sobre la vacuna, y argumentó que el tiempo entre la aprobación -que se espera que ocurra a fines de enero- y el lanzamiento era necesario para probar cada lote y organizar la logística para entregar la vacuna de Pfizer, que debe mantenerse a -70ºC.

Enero se considera la fecha más temprana posible para la aprobación por parte de la Therapeutic Goods Administration (TGA), ya que Australia ha optado por no otorgar la autorización de emergencia como lo han hecho Estados Unidos o el Reino Unido; dado que el panorama epidemiológico allí es totalmente diferente, con nuevos casos diarios que no superan los dos dígitos.

Corea del Sur

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Turistas se sacan fotos con el logotipo de Seúl cerca del río Han en Seúl | Foto: AP

Corea del Sur también aseguró dosis para sus casi 52 millones de habitantes mediante acuerdos de pre-compra con AstraZeneca/Oxford, Pfizer/BioNTech, Moderna, Janssen Pharmaceutica y Covax.

Sin embargo, la inmunización no comenzará hasta finales de febrero, según anunció esta semana la comisionada Jeong Eun-kyeong de la Agencia de Prevención y Control de Enfermedades de Corea (KDCA).

«Nuestro objetivo es lograr la inmunidad colectiva en noviembre mediante la vacunación de más de 60-70% de la población. La mayoría de las otras naciones también esperan inmunidad colectiva alrededor del tercer y cuarto trimestre de este año», señaló.

Pero, ¿Por qué Corea del Sur se tomó su tiempo para comenzar a inocular a sus habitantes? Las autoridades sanitarias sostienen que pueden permitirse esperar, citando relativamente menos casos y muertes que en otros países.

«Dado que Corea del Sur tiene un número notablemente menor de casos que Estados Unidos o Europa, el gobierno sintió poca necesidad de apurarse. Se centraron razonablemente más en la seguridad que en la velocidad», dijo a ABC News Kang Jin-han, presidente del Instituto de Investigación de Vacunas de la Universidad Católica de Corea.

«Corea del Sur tiene su propia estrategia que se adapta a Corea del Sur», dijo, por su lado, el primer ministro Chung Sye-kyun durante una reunión de la Asamblea Nacional.

Por el momento, el Ministerio de Seguridad de Alimentos y Medicamentos de Corea del Sur está revisando las vacunas, un proceso que toma hasta 40 días.

Los surcoreanos tienen opiniones encontradas sobre el enfoque cauteloso del gobierno. June Park, una joven de 28 años, que vive en Seúl y trabaja en un servicio de adopción de mascotas, dijo a La Nación que no le molesta esperar.

«A pesar de las últimas restricciones -la capital prohibió reuniones de cinco o más personas-, hemos transitado el año más libremente que en otros lugares y pienso que el gobierno comenzará con la vacunación cuando sea oportuno y estén todas las condiciones de seguridad garantizadas. Entonces sí me gustaría recibir la vacuna cuando sea mi turno para dejar la incertidumbre atrás», añadió.

Inquietudes

Sin embargo, a otros les preocupa la estrategia del gobierno surcoreano.

«Para llegar a la inmunidad colectiva, la mayoría de la población necesita vacunarse en un corto período. Por eso necesitamos el cronograma exacto de cuántas dosis entrarán en Corea del Sur y en qué momento, para que podamos planificar rápidamente vacunaciones masivas», dijo a ABC News el vicepresidente de la Sociedad de Vacunas de Corea, Ma Sang-hyuk.

Las mismas inquietudes circulan en Australia y Nueva Zelanda. La epidemióloga Raina MacIntyre advirtió en una presentación de video de YouTube la semana pasada que retrasar las vacunas hasta marzo «puede ser costoso y puede hacernos perder la oportunidad de inmunidad colectiva antes de que las cepas mutantes se vuelvan más dominantes».

«Creo que es importante comenzar la vacunación lo antes posible», advierte Murdoch. «En general, hay entusiasmo por recibir la vacuna en Nueva Zelanda», añadió.


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