Carlos Herrera, España, libertad de expresión

La libertad de expresión ya no existe en Venezuela, en buena parte porque, lamentablemente, el grueso de la ciudadanía la daba por sentado.

Cuando el régimen atenta contra el derecho a la información, la protesta se limita a unos pocos cacerolazos, pero se impone el modelo represivo cubano, que ha mantenido el monopolio sobre los medios de comunicación social.

En España está empezando a ocurrir otro tanto y la pluralidad de información y libertad de prensa son puestos a dura prueba, aunque se han activado tribunas de opiniones críticas, y una de ella, es la que arenga Carlos Herrera Crusset (cinco Premios Ondas en 1987, 1996, 2000, 2010 y 2019), el comunicador mejor valorado de la radio española, quien se bate por preservar la libertad de expresión.

Y para estar al tanto de lo que piensa le preguntamos.

─Usted es licenciado en Medicina, si bien nunca ha ejercido ya que siempre se ha dedicado al mundo de la comunicación, además de lo que desde el punto de vista sanitario significa para España el covid-19 (más de 30.000 muertos), ¿cree que esta pandemia pueda ser usada como pretexto para limitar o controlar la libertad de información, para armar una plataforma autoritaria?

─Esa tentación siempre existe en los gobiernos en los que la izquierda radical tiene parte de mando y en este tiene un importante referente, no solo por la participación de neocomunistas, sino por el propio presidente, un hombre que se creía venía del sector más liberal del PSOE, pero que ha resultado un izquierdista sectario de la peor calaña. Algunos dicen que ni siquiera eso, que es un oportunista que ha encontrado en esa formula de entendimiento con Podemos la única forma de gobernar, pero no es así, él dispuso de otras posibles alianzas y las descartó, siempre quiso, aunque jurara lo contrario, un escenario como el presente. Lógicamente, la izquierda bolivariana española reproduce lo que hemos visto en otros tantos escenarios.

─¿Considera usted que la coalición PSOE-Podemos muestra guiños de autocracia en España, obstinados en acallar aquella prensa que legítimamente hace críticas al gobierno?

─Bueno, es autocracia en estado puro. Sánchez no gobierna, lo que hace es ganar tiempo, constantemente, partido a partido, votación a votación, buscando siempre en la excrecencia parlamentaria o en algún tonto útil que le ayude en sacar las votaciones por un voto, o por dos. Sánchez tiene patente de corso para imponer las cosas por decreto, no consulta con la oposición, no consensua con nadie, no cogobierna con los gobiernos autónomos, él quiere vivir en un estado de alarma permanente que en realidad es un estado de excepción ¿no? Se persigue la libertad de expresión eso es evidente, se persigue a los ciudadanos o por lo menos se les molesta a los que quieran ejercer el derecho a manifestarse, como en ningún país europeo pasa, en ningún país europeo los ciudadanos tienen restricciones de garantías elementales o de derechos elementales de una forma tan absoluta, este es un sujeto que gobierna a manotazos de autocracia y, desgraciadamente, o la oposición parlamentaria fabrica una alternativa creíble con la que presentarse en las urnas el día que eso sea necesario o indiquen las normativas, o realmente Sánchez se puede perpetuar con todo el peligro para la democracia que tiene, que un sujeto como ese, en manos de sujetos todavía peores como los de Podemos se perpetúe en el poder.

─¿Ha habido antecedentes de la izquierda española en mostrarse irritable respecto a prensa libre?

─El poder tiende, tanto en la derecha como en la izquierda, a irritarse cuando no controla los medios de comunicación. En la década de 1930 gobernó la izquierda y todos sabemos lo que supuso o cómo acabó aquella España republicana en la que se enfrentaron los extremos, acabaron con la posibilidad de una republica racional. Cuando gobernó la izquierda radical, los medios no tenían la trascendencia que tienen hoy, no había televisión, las radios estaban en otra cosa y la prensa era fundamentalmente quien desarrollaba, cuando lo hacia, algún tipo de oposición. Pero en la democracia, tanto cuando ha gobernado la derecha como cuando ha gobernado la izquierda, han tenido tendencia a dos cosas: una, controlar los medios públicos, fundamentalmente Radio Televisión Española, y, por otra parte, presionar como buenamente puedan para que desde los medios no se ejerza una critica libre, que ya sabemos no gusta nunca a los gobernantes, pero especialmente en este caso. Eso fue así con Felipe González, fue así con Adolfo Suárez  y fue así con Rajoy, con Rodríguez Zapatero, pero dentro de un orden, es decir, había tensiones, las tensiones lógicas y razonables que existen entre los medios y el poder, pero ahora estamos hablando de otra cosa , ahora estamos hablando de una sociedad multicomunicada a través de lo que la tecnología ha puesto a nuestro servicio y a este gobierno de izquierda, efectivamente,  le preocupa y le quita el sueño la manera de cómo controlar la comunicación. Tienen a su favor un importante parque de medios que le ríen todas las gracias y a los que riegan con dinero y de forma indisimulada, no tanto a aquellos que mantienen una postura crítica, que son menos, pero son importantes; la tradición de la izquierda radical de suprimir a los medios libre efectivamente no ha desaparecido, y es algo que nunca descansa.

─Pedro y Pablo, hoy presidente y vicepresidente del país ibérico, ¿han establecido una coordinación concordada para minimizar las críticas contra el gobierno y mermar la libertad de expresión?

─Hay, felizmente, limitaciones que la ley impone y mediante las cuales no se puede actuar como seguramente les gustaría actuar, contra medios como por ejemplo COPE (emisora de radio española), o como determinados periódicos el ABC, el diario El Mundo, como cadenas TRC Tv o no digamos la prensa digital, hay cosas que no pueden hacer, no pueden enviar un pelotón de soldados a cerrar el periódico, ni a cerrar la radio (sonríe con ironía), si bien en algunos casos y en algunas formaciones políticas consideren que eso es legitimo, si se trata de preservar el gobierno, como ha podido ocurrir en países como Venezuela. Pero claro evidentemente aquí esas cosas no se producen, pero si que hay tendencia, claro que hay tendencia a acallar esos medios que no sean generosos, gratuitamente generosos con el gobierno. Y eso cómo se puede… hombre, pues a través de un no a la publicidad institucional, presionar debidamente a los propietarios de los medios, o difundir bulos, o utilizar las redes sociales para intentar acallar o desprestigiar a los periodistas que ejercen su labor libremente, y en eso tanto son Pedro como Pablo que Pablo como Pedro.

Carlos Herrera, España, libertad de expresión

─La llamada Ley Mordaza (Ley de Seguridad Ciudadana) es, en realidad, un endurecimiento del artículo 578 del Código Penal español de la Ley Antiterrorismo, que establece qué comportamientos deben considerarse delitos de instigación y disculpa del terrorismo. ¿Cree usted que frene la libertad de expresión, como lo señala Amnesty International?

─Usted sabrá perdonarme, pero no utilizo como referencia Amnesty International -dice cortés y tajante-. La Ley de Seguridad Ciudadana es una ley del 2015, que empieza más o menos a trabajarse en el 2013 y que sacó adelante el Partido Popular a través de su mayoría absoluta, con toda la oposición en contra, incluidos todos estos que ahora encuentran en la llamada Ley Mordaza un instrumento estupendo, fantástico, para intentar acallar aquellas voces críticas que, como ya le digo, no son mayoritarias pero que, efectivamente, proliferan en el Estado español.  Aquella fue una ley que retocaba algunos aspectos de las leyes antiterroristas en España, no olvidemos que este país ha sufrido un terrorismo cruel que le ha costado cerca de mil muertos, además que cuántos heridos, cuantísimos damnificados, cuantísimos tras terrados, cuantísimos exiliados, cuantísimo sufrimiento; un terrorismo que tenía apoyo por una parte de la población vasca, y no solo vasca, apoyo ¡eh!, apoyo explícito, es verdad que minoritario, pero apoyo explícito, incluso de algún medio de comunicación al que, felizmente, pudo acallarse, al final siempre hay una rendija para  volver a salir, especialmente cuando no gobierna un partido de corte bolivariano.

─¿El gobierno español ha llegado al punto de establecer una censura sin máscara a la libertad de prensa?

─Sí, ya lo había expresado en su primera pregunta: es la tentación. Él hace lo que puede, dirige las ruedas de prensa, es decir, el presidente no comparece en ruedas de prensa abiertas en las que se pueda preguntar y repreguntar, no concede entrevistas, vive en su campana de cristal, exagerando muy mucho lo que él tanto censuraba a Rajoy, utilizar las televisiones para emitir comunicados y nada más. Este no ha dado una entrevista seria en ningún momento, eso es una forma de limitar efectivamente la libertad de prensa, yo se la he pedido, durante el tiempo que es presidente, prácticamente todos los meses y sé perfectamente que no me la va a conceder, incluso le diría… (bufido) él no se ha atrevido a venir aquí a COPE, no ha querido, pues quiere elegir con quién estás, por qué estás, para qué estás, seleccionar de forma un tanto grosera las preguntas de una comparecencia de prensa y otros tips más pertenecen a ese control de la información. Hombre prohibirme a mi, o a otro, decir lo que considero de sus políticas diarias es algo que no se puede hacer, felizmente, en España, ¡no lo puede hacer! Ahora si lo intentara, espero, que saltarían debidamente las alarmas hasta incluso en aquellos sectores de la prensa que son tan condescendientes con él.

─Tomando en cuenta aquel informe del International Press Institute (IPI) sobre España que observa un alarmante aumento de la desconfianza de los ciudadanos en sus medios públicos, ampliamente percibidos como un instrumento al servicio del poder político y los recientes reportes en RTVE sobre presión, interferencia y manipulación de la información televisiva, ¿qué está sucediendo, en esencia, en vuestra televisión estatal?

─La televisión estatal, como las televisiones publicas autonómicas, son un juguete muy preciado en manos del poder y cuando digo del poder, digo de todos los poderes que ha habido en España, lo que pasa que ante el ejercicio de unos, como por ejemplo cuando han sido informativos que ha controlado el Partido Popular, había reacciones incluso de trabajadores vistiéndose de luto en Televisión Española, cuando la grosería y la manipulación es, no solo evidente, sino incluso insultante, en la televisión pùblica que procede de una administración controlada por un gobierno como el de Podemos y el Partido Socialista,  hay menos quejas, no hay nadie vestido de luto, no hay nadie lamentando que eso esté ocurriendo. Efectivamente, hay un desapego por parte de la ciudadanía, un desapego de los canales de información que controla la televisión estatal, otrora poderosos ¡eh!, es decir, la referencia en España informativa era el Telediario, de la primera cadena, Telediario que yo hice en el año ’85, por ejemplo, poco tiempo, pero lo hice (sonríe satisfecho). Y durante muchos años han estado al frente de esos telediarios periodistas muy respetables, tanto cuando gobernaba el PSOE de Felipe González, como cuando gobernaba el PP de Aznar. Ahora, con el debido respeto a todos mis compañeros y a los que están al frente de la presentación de las noticias, pero efectivamente el sesgo informativo de la televisión pública ha hecho que decaiga el interés de los ciudadanos, que han ido a buscar otras oportunidades. Cuidado, tampoco la televisión es de una pluralidad asombrosa, no lo es, porque este gobierno cuenta con el afecto de buena parte de las televisiones a las que no se si controla, pero desde luego tiene allí colocados algunos terminales que le son ciertamente cariñosos (dice con ironía), son muy cariñosos con su gestión, no podrá quejarse. Pero sí hay desafección a la excelente televisión pública que se ha hecho en España y que en algunos momentos todavía se hace.

─Además de la Asociación de Prensa de España (FAPE), que ha condenado las “intimidaciones a la prensa” y “el maltrato” en el momento de desempeñar su trabajo en la Moncloa, el rey Felipe también se ha quejado porque la mayoría de los medios, incluida RTVE, han silenciado más de 150 actos oficiales, ignorados durante el confinamiento, propalando dudas sobre la utilidad de la monarquía. ¿Querrá la Moncloa sustituirse al Palacio de la Zarzuela?

─La Moncloa, evidentemente, más en este caso que nunca, está negándole a La Zarzuela el espacio abierto imprescindible para transmitir el trabajo constitucional del jefe del Estado, que es un trabajo de equilibrio, de representación, es un trabajo para, en determinados momentos,  darle a entender a la ciudadanía que simbólicamente por encima del poder ejecutivo hay un poder de reequilibrio, no de acción política, sí de acción de Estado, y esa representatividad que tiene el rey Felipe y que, además, está desarrollando de forma extraordinariamente satisfactoria, está acallada por los medios de comunicación públicos y, da toda la impresión, con la desafección de los resortes del poder del gobierno social comunista de Sánchez e Iglesias. Seguramente, también habría que añadir una crítica seguramente a los mecanismos que tiene la Casa del Rey de transmisión de sus actividades y la posibilidad de que el rey tenga puertas más abiertas no solo para salir sino también para que entren otros, eso posiblemente habría que revisarlo”.

─Iglesias ha tenido su cónclave con el régimen venezolano, ¿será para instaurar en España una hegemonía comunicacional como la que existe en el país sudamericano?

─El sueño de todo bolivariano, efectivamente, es el sueño cubano del control de medios y del control de cada uno de los resortes de la comunicación. Ocurre que ahora mismo no estamos en los años ’70, ni en los ’80, ni en los ’90; ahora mismo intentar tapar o taponar toda la comunicación es como poner la mano en una cañería grande de agua, puedes tapar lo que puedes tapar, o taponas la cañería lo cual significa taponar redes sociales, canales de comunicación particulares a través del Internet etc. etc. o no consigues lo que tú quieres, ahora esta tentación claro que existe.  Pablo Iglesias era el que decía, hace no demasiado tiempo, que “los medios de comunicación no podían ser privados porque estaban haciendo negocio con un derecho de la ciudadanía, que era el derecho a la información y que, por lo tanto, los poderosos siempre los controlarían”. Bueno ya sabe usted la dialéctica comunista, ¡y este hoy está en el poder! Y yo no creo, sinceramente, que haya cambiado de opinión, desgraciadamente, no puede controlarme a mí, encerrarme a mí o prohibir la salida del diario ABC, eso no puede hacerlo aunque esté en su ADN, tal y como han hecho su mayores, Chávez, por supuesto Castro en Cuba y otros más, aunque esté en su ADN hacerlo va a tener que convivir con esa desgracia, por ahora.

─Según el Observatorio Venezolano de Medios, desde el punto de vista cuantitativo, el régimen venezolano controla directamente: 6 televisoras nacionales (1 para América Latina), 168 emisoras de radio, 300 radios urbanas, 72 televisoras urbanas, 18 periódicos urbanos, 200 portales, páginas web y blogs y 1 satélite. ¿Puede llegar a ocurrir algo similar en España, un endémico control político-partidista?

─El gobierno controla los medios públicos y luego tiene excelentes amigos en medios privados, que controlan, pero sabe que no le van a hacer daño determinadas televisiones, pero también sabe que tiene delante medios que no le son afectos, no por una cuestión de lógica,  sino por una simple cuestión de relatos de los tiempos y de los hechos, la crítica periodística se da en España pero mucho menos de lo que se da el incienso periodístico al gobierno.  El gobierno no controla a través de los consejos de administración, pero sí a través de las terminales de cada uno de los jefes de informativos, de muchos de los profesionales que, según sus criterios, la salvación de España pasa por un gobierno de Iglesias y de Sánchez, y si algunos se desencantan, desde luego no ejercen la critica como punto de lanza. ¡Ese es el panorama que tenemos! Cada uno es libre de establecer su criterio editorial, su línea editorial, desde luego a nosotros no nos va mal con la que tenemos, porque en la radio sostenemos y mantenemos y estamos en la primera línea de crítica y de audiencia, pero, indudablemente, el parque móvil periodístico que tiene bajo sus manos Pedro Sánchez, yo creo que no lo ha tenido ningún gobierno en España”.

─Los cambios tecnológicos son el último episodio en una larga historia de adaptabilidad de nuestra especie periodística. ¿Son censurados igualmente los medios digitales que critican al poder político?

─Ponerle puertas al campo es complicado e Internet es una pradera abierta. Aunque ha habido tics por parte del gobierno, como por ejemplo el día que se supo, a través del jefe del estado mayor de la guardia civil, que ellos tenían la orden de controlar e identificar en el campo abierto de las redes a todos aquellos que iniciaban, alentaban, sostenían o patrocinaban algún tipo de crítica al gobierno, acerca de cómo el gobierno estaba, por ejemplo, afrontado esta crisis, aquello fue un auténtico escándalo en España. Es decir, el gobierno quería controlar los medios digitales, quería controlar incluso la expresión de los ciudadanos a través de las redes para identificar aquellos que elaboraban alguna crítica más severa y concienzuda, si quieres controlar Internet tienes que prohibir Internet o tienes que censurar directamente, como hace el gobierno cubano con determinadas páginas, el cubano puede tener wifi en La Habana y desde su teléfono ver algunas cosas, pero no todas las cosas. Bueno, en España podemos ver, felizmente, todas las cosas y sería mucho más difícil que cualquier gobierno pueda impedirlo.

─¿Cuáles son aquellos organismos o instituciones que pueden garantizar lo que señala el artículo 20 de la Constitución sobre la libertad de expresión?

─España tiene resortes dentro de su organización como estado social y democrático de derecho para velar por la libertad de información, indudablemente, los tribunales en primer lugar, pero por otra parte las asociaciones de la prensa tienen instrumentos para defenderse de aquellas  incursiones que los gobiernos quieran realizar de forma sectaria y punitiva contra la libertad de prensa, pero fundamentalmente están los tribunales,  claro que en los tribunales te encuentras de todo, también te encuentras amiguitos de Iglesias o jueces que consideran que la libertad de expresión solamente tiene sentido o es un derecho que afecta a aquellos que dicen una serie de cosas o en una sola dirección, pero en ello habrá que apoyarse, sin duda alguna.

─Para finalizar, ¿la libertad de expresión para Carlos Herrera es a prueba de bomba, aún después del fallido atentado de ETA con un explosivo oculto en una caja de Habanos Montecristo?

─Digamos (sonriendo con sarcasmo) que aquel año me lo pasé bomba (año 2000), A mí me han querido matar dos veces, una mediante la bomba que me enviaron y que, felizmente, no explotó y otra, cuando estuvieron esperándome en la puerta de casa, algunos días, para vaciar un cargador de su pistola; yo felizmente estaba fuera de casa en ese tiempo, estaba en Miami. Efectivamente, por ejercer la libertad de expresión yo he sido muy duro, muy severo, terriblemente severo, intransigente con el terrorismo en España, con el nacionalismo vasco terrorista.  -Hombre- claro como a otros compañeros me ha costado cosas, a otros les ha costado la vida, a mi pudo costármela, pero no explotó la bomba, lo cual me hubiera generado una sensación molesta como es fácil imaginar. No explotó y yo he seguido adelante, si aquello no me cayó, como comprenderán, a estas alturas de mi vida, con 62 años de  edad cumplidos, no me voy a callar en la defensa que considere justa de la libertad de expresión… Un fuerte abrazo con todo mi afecto de corazón.


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