Cuba sufrió durante el último año y medio desabastecimiento de numerosos medicamentos debido fundamentalmente a impagos a proveedores extranjeros, pero también a la venta ilegal y otras prácticas fraudulentas en el acceso a los fármacos.

Los dos diarios oficiales del país, Granma y Juventud Rebelde, publicaron artículos en los que responsables del Ministerio de Salud Pública y del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma), estatal, admiten la inestabilidad en las entregas.

La causa fundamental del desabastecimiento fueron los impagos a los proveedores extranjeros que suministran a la industria farmacéutica cubana materias primas, materiales para los envases e insumos.

“Más de 85% de los productos que se utilizan en la elaboración de medicamentos son importados y 92% de los principios activos provienen de mercados como China, India, y Europa, así como 60% de los materiales de envases”, dijo Rita María García Almaguer, directora de Operaciones de BioCubaFarma.

Esto causó que se detuviese la producción y no se cumpliese con el sistema nacional de salud.

En Cuba las medicinas son subvencionadas por el Estado y se pagan en moneda nacional muy por debajo de su valor de mercado, por lo que una parte acaba desviada al mercado ilícito para ser vendida en divisas.

Entre los fármacos que desaparecieron de las farmacias o tuvieron un suministro irregular figuran  dipirona, el analgésico y antipirético más utilizado en Cuba; diuréticos, antihipertensivos, antihistamínicos, omeprazol y pastillas anticonceptivas.


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