Texas
La nieve cubrió las calles de Cypress, en Texas. Foto: Arcángela Cugno

El agua y la comida son bienes que escasean esta semana en Texas, que ha sufrido una histórica tormenta que cubrió de nieve y hielo la superficie y convirtió al estado en un «infierno». Así lo explicaron este viernes a Efe residentes de Austin, Houston y San Antonio.

La realidad es que casi la mitad de los 29 millones de habitantes del estado han sufrido numerosas interrupciones del servicio de agua en los últimos días; porque más de 900 redes públicas en 164 condados están afectadas por las tormentas, de acuerdo con datos de la Comisión de Calidad Ambiental de Texas.

Además, centenares de supermercados de grandes cadenas -como Walmart y Whole Foods- tuvieron que cerrar por la escasez de alimentos. Los que quedan abiertos lo hacen con estantes vacíos o con poca mercancía.

«Esto es un infierno»

«Esto es un infierno, pero estamos sobreviviendo. No he tenido agua durante varios días y para mí lo más difícil ha sido encontrar comida porque todo a mi alrededor estaba completamente cerrado». Así lo relató a Efe Nathan Jaworski, que vive en Round Rock, ciudad al norte de Austin, la capital de Texas.

«Por lo menos», la casa de Jaworski nunca perdió la electricidad, por lo que pudo mantener su interior cálido mientras en el exterior se registraban mínimas de 13 grados centígrados bajo cero.

Menos suerte corrió su pareja, la mexicana María González, que vive a unos 20 minutos de trayecto en automóvil y que no ha tenido ni luz ni agua durante los últimos cuatro días.

Además del increíble frío, que trataron de combatir con el máximo número de capas de ropa y mantas posible, González y su compañera de apartamento también se quedaron sin comida.

«Intenté conducir hasta una de las pocas tiendas que estaban abiertas para conseguir más suministros, pero era demasiado peligroso», dijo suspirando.

Miles de evacuaciones obligadas

Los cortes de agua y electricidad en domicilios, hospitales y negocios en Texas han hecho que millones de personas hayan tenido que evacuar y desplazarse a casas de vecinos, amigos o familiares.

Este es el caso de la familia de Abby Eymontt, formada por su madre, hermana, dos perros y un gato. Tuvieron que dejar su hogar en el sur de Houston para ir a pasar la noche a casa de amigos, con otras tres personas, cuatro perros y dos gatos.

«Cuando perdimos la energía, nuestro hogar quedó congelado y nos fuimos a casa de unos amigos a dormir. A las 5:00 de la mañana también se cortó la electricidad y nos quedamos tipo: ¿Y ahora qué hacemos?», recordó Eymontt.

Por suerte, la electricidad regresó a las pocas horas en su domicilio y pudieron regresar, aunque encontraron entonces que varias tuberías habían reventado por las bajas temperaturas.

«Ahora no sabemos cuándo volveremos a tener agua porque la lista de espera de los fontaneros locales es de entre tres y cuatro semanas. Tenemos que ducharnos en casa de unos vecinos, que se ha convertido como en una especie de motel; tampoco podemos beber agua ni lavar los platos o limpiar la ropa», detalló con preocupación.

Otro que tuvo que irse de su hogar fue Rossipher McLauchlan, residente en Austin.

«Se cortó la electricidad y el servicio de agua, así que tuve que irme. Pero estoy agradecido de que tenía un lugar seguro al que ir: muchas personas no pueden decir lo mismo y creo que el gobierno estatal debería cuidar mejor de ellos», manifestó el empresario en una conversación con Efe.

Numerosos incendios

En otra de las grandes ciudades de Texas, San Antonio, la histórica tormenta también ha provocado una media de 50 incendios por día, cuando la media es de 8, según datos del Departamento de bomberos local.

Una de las afectadas es una amiga de Miguel Flores, fotógrafo profesional que contó a Efe que ha visto varios incendios cerca de su casa.

«Ahora mismo hay varios incendios alrededor de mi complejo de apartamentos. El de una amiga se está quemando, aparentemente por el mal funcionamiento de un calentador de agua», dijo Flores.

El trabajo de los bomberos para extinguir estos fuegos se complica precisamente por la falta de agua.

«Lo triste es que estos apartamentos que se están quemando no han tenido agua por días y los bomberos no pueden sacar agua de ahí, por lo que tienen que viajar a otros lugares en busca de agua y los incendios se agrandan y destruyen más», lamentó Flores, de origen mexicano.


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