El Ministerio de la Defensa de Turquía anunció este sábado que continuará con la entrega de misiles rusos S-400 iniciada el viernes, pese a las advertencias de Estados Unidos. Varios miembros del Congreso pidieron sanciones. 

«El cuarto avión ruso, que transportaba piezas de S-400, aterrizó en la base aérea de Murted cerca de Ankara», informó en Twitter el ministerio turco. 

Estados Unidos considera que existe el riesgo de que con la compra de sistemas rusos por parte de Ankara, los militares rusos puedan acceder a los secretos tecnológicos del nuevo avión furtivo estadounidense F-35, que Turquía quiere comprar.

El gobierno estadounidense considera también que los S-400 no son compatibles con los dispositivos de la OTAN, alianza de defensa a la cual pertenece Turquía. 

Un dirigente de la OTAN afirmó el viernes, bajo anonimato, que la organización estaba «preocupada» por esta operación.

Miembros del Congreso estadounidense pidieron anular las entregas de F-35 a Ankara, y reclamaron sanciones contra los responsables turcos implicados en el acuerdo con Rusia.

«Dimos a elegir al presidente Erdogan, claramente escogió la mala opción», indicaron el viernes en un comunicado común Eliot Engel y Michael McCaul, principales representantes demócrata y republicano en la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes.

Ankara rechazó todas las advertencias estadounidenses. El miércoles exhortó a Washington a no tomar medidas susceptibles que puedan »perjudicar las relaciones» bilaterales.


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