Foto: EFE

Los aspirantes a presidir el gobierno de España a partir del próximo domingo mantuvieron este lunes un intenso debate televisado, en el que el “todos contra todos” se convirtió en el principal argumento para arrancar el voto de los indecisos.

El debate, el único de esta atípica y corta campaña electoral, enfrentó al líder socialista y presidente en funciones del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, al conservador Pablo Casado, PP; al liberal Albert Rivera, de Ciudadanos, y al izquierdista Pablo Iglesias, de Unidas Podemos.

En esta ocasión participó también, por primera vez, el líder de la formación de ultraderecha Vox, Santiago Abascal.

La cita se preveía tensa en este momento de gran incertidumbre sobre el resultado de los comicios del 10 de noviembre.

Las últimas encuestas publicadas este lunes, en la fecha límite que fija la ley electoral, hablan de empate técnico entre el bloque de izquierda y el de la derecha, pero ninguno de los dos alcanzaría el listón de los 176 escaños que fija la mayoría absoluta.

Por eso, el debate fue de menos a más y buscó arañar votos, incluso dentro de los propios bloques, con discusiones que dejaron ver el enfrentamiento entre el Partido Popular y Ciudadanos por el voto del centro y derecha, o entre el Partido Socialista, PSOE, y Unidas Podemos por el de la izquierda.

Cataluña, el centro de la discusión

De los cinco bloques en los que se dividió el debate -política económica, políticas sociales e igualdad, calidad democrática y política internacional- el de cohesión social y, por tanto, Cataluña, fue uno de los más debatidos.

Mientras que el presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, pidió “aumentar los espacios de diálogo” para afrontar este asunto, el conservador Casado lo acusó de no aplicar la ley en Cataluña y le advirtió que le hará responsable si los catalanes no pueden votar en libertad el próximo domingo.

Casado, que le preguntó a Sánchez hasta en cinco ocasiones si consideraba que Cataluña era una nación, también arremetió contra el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, a quien llegó a pedirle que “no se equivoque de adversario”.

Rivera exigió a Sánchez que garantice la celebración de elecciones “limpias y en libertad”; y volvió a reclamar la aplicación del artículo 155 de la Constitución para la intervención de la autonomía en Cataluña.

Para el candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, todos los candidatos “saben que lo de Cataluña solo se puede resolver con diálogo, sentido común y mano izquierda”.

Desde Vox, la solución depende, según Santiago Abascal, de medidas como la suspensión de la autonomía en Cataluña o la detención del presidente regional catalán, el independentista Quim Torra.

Al comienzo de este primer bloque de discusión, Sánchez prometió impulsar una reforma del Código Penal para prohibir los referendos ilegales, entre otras medidas.

Sin pactos aparentes ni salidas al bloqueo

La sombra de un nuevo bloqueo político tras las elecciones planeó durante todo el debate.

Todos los participantes, excepto el ultraderechista Abascal, se mostraron dispuestos a colaborar llegado el caso para la formación, esta vez, de un gobierno estable, aunque nadie precisó con qué tipo de pactos.

Sánchez pidió que de producirse un nuevo bloqueo a partir del día 10, “se permita gobernar a la lista más votada”, aunque se mostró confiado en poder conseguir una mayoría para componer un Ejecutivo “fuerte y estable”.

La brecha abierta durante la pasada legislatura entre el PSOE y Unidas Podemos quedó patente en el intercambio de reproches entre sus dos máximos dirigentes.

Iglesias mostró su certeza de que el próximo gobierno será de coalición. Le recordó al presidente la importancia de que ese gobierno sea de izquierdas.

“La derecha discute mucho entre ellos, pero luego no tardan en ponerse de acuerdo. A ver si gobernamos juntos”, le dijo Iglesias a Sánchez.

“Si el señor Iglesias no está en el gobierno, nunca aceptará un gobierno sin el señor Iglesias”, le replicó Sánchez, recordándole, así, las diferencias que imposibilitaron un Ejecutivo y obligaron a convocar nuevas elecciones.

El líder socialista tampoco despejó si, llegado el caso, volverá a pactar con los independentistas catalanes, a pesar de que ese fue uno de los puntos más repetidos por el conservador Casado y el liberal Rivera.

Votar o no

La última remesa de sondeos indica que estas elecciones, las cuartas en cuatro años, incrementarán la abstención, en línea con el descenso del 30% de la petición del voto por correo.

Las previsiones sitúan la participación entre 70% y 72%, cuando en abril fue del 75,7%.

Según la encuesta elaborada por el organismo estatal CIS, tras el debate televisivo celebrado en abril, 7% de los electores cambió de opinión.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!