Repartidor venezolano Ecuador

El 2 de diciembre, la hermana de María Milagros Pérez, ambas venezolanas que emigraron a Ecuador, recibió una llamada telefónica aproximadamente a las 2:20 pm. Quien llamaba, un desconocido, lo hacía desde el teléfono de Orlando Yánez, la pareja de Pérez. Le dijo que había ocurrido un accidente entre las avenidas Diego Vázquez Cepeda y Manta, en Quito.

“Yo estaba en casa limpiando, cuando llamaron a mi hermana para decirle que había ocurrido un accidente. Ella estaba muy nerviosa. Le dijeron que estaba involucrada una moto. Bajó corriendo las escaleras para decirme del accidente y que alguien había muerto. Tomé el teléfono y un hombre me dijo que necesitaba que yo me acercara a la Diego Vázquez con Manta. Le pregunté si sabía quién era la persona involucrada en el accidente pero respondió que no, que solo tomó el celular, vio un número que decía ‘Casa’ y decidió comunicarse”, contó María Milagros Pérez a El Nacional.

Lo que ella le preguntó al desconocido con quien hablaba, aun sin percatarse de que se trataba del teléfono de su esposo, fue de qué color era la moto. “Es azul con negro”, respondió el hombre.

“Cuando me dijo eso supe que era la moto de mi esposo. Colgué y llamé al número de Orlando y me contestó la misma voz con la que había estado hablando. En ese momento me descontrolé. Pasaron tantas cosas por mi mente y yo solo pedía a Dios que Orlando estuviese vivo”, expresó Pérez.

Los dueños de la vivienda donde se aloja la llevaron rápidamente al lugar. Al llegar al sitio del accidente, relató, vio la motocicleta y un cuerpo tendido en el suelo cubierto con una manta, pero pudo observarle las botas, con lo que confirmó sus temores.

“Me acerqué. En efecto era él. Lo toqué y le pedí que se levantara, que no me dejara sola. Pero ya él estaba sin signos vitales”, manifestó entre sollozos.

Orlando Yánez

Orlando Yánez, venezolano de 32 años de edad, nació en Valencia, estado Carabobo, y creció en Mérida, de donde es originaria su madre.

De adulto se mudó a Caracas, donde trabajó en restaurantes reconocidos. Hasta hace aproximadamente dos años vivió en el sector La Alcabala, en Petare.

Sin embargo, tomó la decisión de emigrar al conocer que su pareja estaba en la espera de su tercer hijo. Esto, en medio de la crítica situación económica en Venezuela.

En un primer momento se fue a Colombia, donde comenzó a laborar en una frutería para obtener el dinero que permitiera cubrir los gastos del parto de Pérez.

“Seis meses después de nacido mi bebé, nos pudimos ir a Colombia y medio año después nos vinimos todos a Ecuador, debido a que aquí estaba mi hermana y nos acogió en su casa. Orlando y yo comenzamos a vender comida en la calle”, indicó.

Pero debido a las restricciones por la pandemia tuvieron que dejar de hacerlo, hasta que Yánez comenzó a trabajar en Glovo, una aplicación de envíos a domicilio.

El accidente

Lo que se conoce del accidente en el que Orlando Yánez perdió la vida es que un autobús lo arrolló y le causó una aguda hemorragia interna por laceraciones de pulmón e hígado, según el certificado de defunción.

Con Pérez en el lugar del accidente y tras reconocer el cadáver, el servicio forense procedió a realizar el levantamiento. Las autoridades le indicaron luego que debía acudir a Fiscalía, adonde se dirigió inmediatamente.

“Al siguiente día nos dijeron que habría una audiencia. Salimos temprano de casa y pasamos por la morgue a retirar un documento que debíamos presentar en Fiscalía. Al llegar, los abogados nos explicaron que nos representarían pro bono, es decir que nos asistirían gratuitamente”, detalló.

En su oficina, el abogado que la acompañaría al acto le dijo a Pérez que había que redactar un documento que le permitiera representar a los hijos ante la Fiscalía, pues aunque vivió con Orlando Yánez por más de 10 años, nunca se casaron, lo cual le impedía presentarse ante la fiscal como esposa.

“Como nosotros tenemos tres hijos pero no tenía ningún documento de matrimonio, tenía que representar a los niños. Con ese documento sería con el cual podría retirar el cuerpo y realizar el resto de trámites”, dijo.

Caso desestimado

Pérez recordó que al llegar a la Fiscalía se adelantó y entró a la sala de audiencia sin saber que luego no dejarían pasar a la hermana, que tenía sus documentos de identidad.

“Los abogados nos habían dicho que podríamos entrar sin problema. Cuando yo entré a la sala estaba allí mi abogado, quien había llegado antes; también estaba el chofer del autobús con su abogada y estaba la fiscal, quien inmediatamente me pidió mi documentación. En ese momento revisé un bolso que cargaba con algunos documentos y saqué un pasaporte, pero al verlo me di cuenta de que no era el mío sino el de mi hija mayor. Por ello vi hacia atrás buscando a mi hermana, que tenía otro bolso con documentos, pero no estaba. En el momento le dije a la fiscal que no habían dejado pasar a mi hermana, que tenía mi pasaporte, y que me permitiera salir a tomar el bolso”, señaló.

Agregó que la fiscal insistió en que la documentación debía ser original, a lo que Pérez  respondió que, efectivamente, su hermana, quien estaba fuera, tenía los documentos originales, tanto el pasaporte como la visa ecuatoriana.

“Ella me ordenó sentarme y me dijo que ya no podía hablar más ni yo ni mi abogado por no tener documentación”, afirmó.

Y añadió: “A todas estas, me senté detrás del abogado y lo único que pude hacer fue escuchar todo lo que decía la fiscal. Mientras ella leía se me subió la tensión porque yo soy hipertensa. Solo recuerdo escuchar cuando dijo que al señor lo dejaban en libertad y allí terminó la audiencia. Posteriormente, el abogado me dijo que nos debíamos retirar. Yo no me podía parar porque estaba en plena crisis. Terminé sujetándome al abogado y solo lloré porque sentí que no se le hizo justicia a Orlando”.

Pérez considera que el caso fue desestimado arbitrariamente solo por tratarse de extranjeros.

“Para mí eso estuvo viciado porque la Fiscalía, que debe defender a la víctima, no nos apoyó para nada. Solo desestimó el caso y prácticamente dijo que mi esposo se había metido por debajo del autobús y al conductor no le quedó más remedio que pasarle por encima”, manifestó.

Agregó que la Fiscalía aún no le ha entregado el parte que explique las circunstancias del accidente. Sin embargo, recordó que la fiscal comentó durante la audiencia que el autobús no sufrió daños.

“La moto quedó totalmente destruida, pero la fiscal no especificó los daños durante la audiencia”, expresó.

Al salir de la sala, el abogado le informó que no todo estaba perdido pues podrán apelar.

Una semana sin poder retirar el cadáver

El cuerpo de Orlando Yánez continúa en una morgue de Ecuador, de la cual no ha podido ser retirado.

“Todavía nos siguen pidiendo papeles y un montón de cosas por no ser casada formalmente. No sé qué tantos papeles nos seguirán pidiendo. Nosotros quisiéramos hacer una cremación, pero como el caso sigue abierto tenemos que pedirle un permiso a Fiscalía”, manifestó. Explicó que este martes tendría una nueva audiencia con otro fiscal asignado, en la cual solicitaría el permiso.

Indicó que quiere que el cuerpo de su esposo sea cremado, a pesar de tratarse de una muerte violenta, debido a que en Ecuador los costos de un sepelio son altos.

“Se trata de un dinero que no tenemos. Con mucha vergüenza, porque nosotros no nos vinimos para pedir sino para ganarnos nuestro propio dinero, pero hemos tenido que salir a la calle a pedirle a la gente que nos colabore. Sus compañeros de Glovo también nos han ayudado y creamos una campaña de GoFundme. Aun así, todavía no hemos logrado recaudar lo suficiente”, dijo.

@DeisyKarina8


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