asesino caja

Robert Maudsley permanece custodiado en la prisión de Wakefield, Inglaterra, desde hace 43 años.

El temor que inspira llevó a las autoridades a encerrarlo en una caja de cristal a varios metros bajo tierra, donde solo tiene espacio para una cama, mesa, silla, lavamanos e inodoro. Una hora al día puede ver la luz y hacer ejercicio.

El hombre, de 68 años de edad, es uno de los asesinos en serie que más revuelo causó en Europa. Lo apodan Hannibal the Cannibal por comerse el cerebro de una de sus víctimas, reseñan medios internacionales.

El abandono familiar

Nació en 1953 en la ciudad británica Liverpool. Es el cuarto de 12 hermanos, de acuerdo con información del diario Wales Online. No tuvo una infancia muy cercana a sus padres, pues estuvo internado en un orfanato.

Sin embargo, sus padres lo sacaron de allí y retornó a su hogar a los 8 años, pero vivió la crudeza de la violencia intrafamiliar: golpizas constantes que incluso lo llevaron a encerrarse por seis meses en su habitación.

En medio de ese ambiente, Robert entró en el mundo de las drogas y, de acuerdo con el medio británico Echo, ofreció servicios sexuales a los 16 años.

La seguidilla de asesinatos

John Farrell fue uno de sus clientes y su primera víctima. El hombre le mostró los vejámenes y abusos que había cometido contra menores de edad y eso disgustó a Maudsley, quien le propinó fuertes golpes en el rostro hasta dejarlo inconsciente.

En 1974 se entregó de manera voluntaria a las autoridades y fue enviado al Hospital de Broadmoor para recibir atención psicológica.

La entidad médica parecía ser el mejor lugar con el fin de atender su estado mental, así como el de otros sujetos y asesinos en serie, entre ellos el británico Peter Sutcliffe.

No obstante, en 1977 cometió el segundo asesinato. Con la ayuda de uno de sus compañeros de habitación torturó durante nueve horas a otro recluso, como registró el diario The Sun.

La cabeza de la víctima quedó en un estado deplorable. Al parecer la había destruido usando una cuchara. Según los medios citados, Robert fue acusado injustamente por un guardia de comerse el cerebro del muerto. De ahí que lo denominaron Hannibal the Cannibal.

La condena por homicidio que le impuso el juez hizo que lo trasladaran a la cárcel de Wakefield, donde completa más de 40 años.

Su comportamiento no mermó; se agudizó al asesinar a dos de sus nuevos compañeros de patio.

Los reportes indican que el hombre estranguló y apuñaló en repetidas ocasiones a Salney Darwood con un cuchillo artesanal que había hecho a partir de una cuchara sopera. Esa misma arma le sirvió para provocarle lesiones fatales a William Roberts y abrirle el cráneo.

Los sujetos estaban en la cárcel cumpliendo penas por asesinar a menores de edad y mujeres.

Sentencia a cuatro cadenas perpetuas

Maudsley, según Wales Online, dijo en su última audiencia judicial que había deseado también asesinar a sus dos padres. Incluso parte de ese comportamiento lo justificó Paul, su hermano mayor.

“Yo tuve suerte. Terminé con alguien que me amaba y me mostraba afecto. Pero para Bob (Robert), la cadena de abuso nunca se rompió. Lo han abusado toda su vida”, comentó.

De hecho, una de las monjas que lo cuidó en el orfanato durante sus primeros años no podía creer que fuera un asesino.

“No lo recuerdo como un loco. En todo caso, era uno de los chicos que mejor se portaba (…) No tenía ni idea de los problemas que tenía la familia en casa. Me entristece saber lo que es”, expresó.

Las autoridades lo calificaron en 1983 como el preso ‘más peligroso de Reino Unido’. No podía tener contacto con otros reclusos y por eso lo encerraron en una caja de cristal para que cumpla sus cuatro cadenas perpetuas.

Deseo de morir

“¿Para qué sirve tenerme encerrado 23 horas al día? ¿Por qué molestarse en alimentarme y darme una hora de ejercicio al día? ¿Para quién represento un peligro? Por mi tratamiento actual y confinamiento, siento que todo lo que tengo que esperar es un daño psicológico, una enfermedad mental y un probable suicidio”, escribió en una carta en 2000, que conoció el diario The Sun.

En esa misiva les solicitaba a las autoridades penitenciarias que le permitieran ver televisión, escuchar música o simplemente que le dieran cianuro para terminar con su vida.

No atendieron sus peticiones.

Robert solo tiene comunicación con su sobrina Claire Maudsley. Intercambian cartas con frecuencia.

“Debo admitir que me fascinó el tío Bob, ¿quién no lo estaría? No todo el mundo tiene un asesino en serie en la familia”, dijo la mujer en charla con The Mirror, a principios de 2021.

Por lo pronto, Hannibal the Cannibal está en prisión a los 68 años. Todo parece indicar que seguirá solitario bajo tierra esperando que llegue el final de su vida.

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