Cuba
Panel de discusión sobre las violaciones de derechos humanos en Cuba. Foto: OEA

En Cuba «la represión se recrudece» y el gobierno impide «levantar la voz», acusaron en la OEA varios disidentes cubanos que piden a la comunidad internacional que no espere protestas como las de julio de 2021 para reaccionar.

El Salón de las Américas de la Organización de los Estados Americanos (OEA) acogió este martes el panel «Cuba, violación de los derechos humanos y libertades fundamentales: miedo e intimidación», convocado por la secretaría general de la OEA y la misión de Estados Unidos ante el organismo.

Algunos participaron en persona y otros lo hicieron mediante mensajes grabados, como Berta Soler Fernández, representante de las Damas de Blanco, un movimiento de familiares de presos políticos.

La activista denunció «al régimen comunista de Cuba por abandonar al pueblo cubano a su suerte, por estimular la emigración como forma de evitar, controlar, desalentar el descontento y la protesta social» y las condiciones de los «presos políticos».

Después de 64 años de comunismo «se recrudece la represión social», acusó Soler.

El relator sobre los Derechos de las Personas Privadas de Libertad y para la Prevención y Combate a la Tortura de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Edgar Stuardo Ralón Orellana, explicó que «el régimen cubano se ha construido a partir de la negación de las libertades de expresión, de reunión entre muchas otras».

El pueblo de Cuba está secuestrado

Las autoridades usan «diversas estrategias de censura»: «amenazas, citaciones, interrogatorios con fines intimidatorios, detenciones arbitrarias, criminalización, allanamientos y decomiso de equipos periodísticos u otros bienes, bloqueo de servicios de internet, impedimentos de salida», enumeró.

La CIDH ha observado que «estas formas de hostigamiento no son nuevas» pero «persisten y continúan agravándose», afirmó.

«Quiero enfatizar -precisó- que el caso cubano es distinto a aquel de otros países en la región» porque «las infracciones a la libertad de expresión, de reunión y de asociación no son casos aislados» sino que «son parte de los mecanismos a partir de los cuales el régimen se sostiene en el poder».

Abraham Jiménez Enoa, exdirector de la revista cubana El Estornudo, lo ha experimentado.

Cuba «es un país donde prácticamente es imposible levantar la voz», afirmó en un video quien por informar sobre un Estado «en penumbra, a oscuras» sufrió arrestos, amenazas y privación de uso de pasaporte.

La falta de libertad de prensa «ha empeorado drásticamente» desde 2017, aseguró, también a través de un vídeo, Rolando Rodríguez Lovaina, director de la agencia audiovisual Palenque Visión.

En opinión de la periodista Mónica Baró «el pueblo cubano está secuestrado totalmente» pero «se va empoderando cada vez más con las nuevas tecnologías».

«El acceso a internet es un arma de doble filo» para las autoridades, afirma, poniendo como ejemplo la difusión de videos durante las protestas del 11 de Julio de 2021, que se saldaron con un muerto, decenas de heridos y más de 1.300 personas encarceladas, según la organización de derechos humanos Cubalex, con sede en Miami.

El perfil de los presos políticos en el país, donde «la represión es estructural», incluye a «convictos de conciencia» encarcelados y «condenados de conciencia» con limitaciones de libertad, incluidos trabajos forzados sin internamiento, precisó el presidente de Prisoners Defenders, Javier Larrondo.

«Hacerse el bobo»

Algunos disidentes observan cambios en la sociedad cubana.

Los artistas han acompañado «todo lo que ocurre con la represión y eso era impensable décadas atrás» cuando ser opositor «era casi como tener la lepra», comentó la activista y experta en arte Anamely Ramos.

Pero se pregunta «qué estará esperando el mundo para actuar».

La violencia puede volverse «dramática en un día, puede haber un 11 de Julio nuevo en cualquier momento» y «nos da la impresión de que el mundo está esperando a que esto pase para condenar a Cuba», se quejó.

«Nos preocupa toda esta dinámica de intercambios culturales que por ejemplo tiene Estados Unidos con Cuba» y también entre universidades, denunció Ramos.

Anyelo Troya, uno de los productores de la canción Patria y Vida también pidió que «no apoyen al régimen de ningún tipo de forma» porque el gobierno «apoya a los artistas que están a favor de la dictadura o se hacen los bobos».


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