La embarcación fue retenida luego de que su tripulación fue acusada de no respetar el código marítimo internacional tras haber chocado con un pesquero. | Foto: IRan Press /AFP / Stringer

El petrolero sueco Stena Impero salió de aguas territoriales iraníes tras recibir la autorización final de Teherán. El buque retenido desde julio por Irán, ya está en aguas internacionales, informó su propietario.

«Entró en aguas internacionales hace 15 minutos», dijo a la AFP, Erik Hanell, propietario del petrolero, explicando que se dirigía a Dubai.

Las fuerzas navales de los Guardianes de la revolución interceptaron el barco con bandera británica el pasado 19 de julio. La retención ocurrió  al acusarlo de no respetar el código marítimo internacional tras haber chocado con un pesquero.

«El Stena Impero comenzó a dirigirse hacia aguas internacionales del Golfo pérsico», dijeron las autoridades marítimas iraníes. Sin embargo, resaltaron que esta salida no significa que el caso se cierre.

En Imágenes difundidas por la televisión pública iraní mostraron buque cuando entró y salió del puerto de Bandar Abbas, donde estuvo tras ser aprehendido, junto a los 23 tripulantes.

El miércoles, el ministerio de Relaciones Exteriores iraní explicó que «el capitán y el propietario firmaron un compromiso escrito en el que aceptaban anticipadamente el veredicto que será pronunciado cuando termine el proceso». Acto seguido se autorizó su salida hacia aguas internacionales.

Crisis entre Londres y Teherán

La confiscación del buque sueco en julio se produjo días después de que el petrolero iraní «Grace 1» sufriera la misma suerte frente a Gibraltar por acción de las autoridades del Reino Unido. Gibraltar había ordenado la detención del navío, sospechoso de transportar petróleo para Siria. Esto en aplicación de las sanciones europeas contra este país.

El asunto provocó una crisis entre Londres y Teherán, cuyas autoridades negaron siempre que se tratara de represalias.

Estas aprehensiones de barcos coincidieron con un aumento de la tensión en la región protagonizado por Estados Unidos e Irán. Ello, después de la retirada unilateral del gobierno estadounidense del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní y su decisión de reimponer sanciones a Teherán.

Estados Unidos acusó a Irán de los ataques y sabotajes contra petroleros en la región del Golfo, donde Teherán destruyó además un dron militar norteamericano.

Por otra parte, Irán se ha visto señalado internacionalmente por los ataques contra infraestructuras petroleras sauditas del pasado 14 de septiembre, aunque ha desmentido cualquier participación en estos hechos.


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