El jefe de la mafia siciliana Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, arrestado tras 30 años prófugo, hacía
Foto: EFE

El jefe de la mafia siciliana Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, arrestado tras 30 años prófugo, hacía vida prácticamente normal desde su escondite en la localidad de Campobello di Mazara, según relataron este martes sus vecinos y los investigadores.

El mafioso más buscado de Italia y uno de los más perseguidos del mundo, vivía desde hace un año en un apartamento en Campobello di Mazara, a pocos kilómetros de su ciudad natal, Castelvetrano.

El lunes fue detenido en la clínica La Maddalena de Palermo cuando acudía para tratarse un cáncer de colón y, tras su arresto, fue sacado de la isla de Sicilia (sur) y trasladado a la región peninsular de Abruzos (centro) para cumplir su cadena perpetua en la cárcel de alta seguridad de L’Aquila, según avanzan los medios.

Messina Denaro, el sanguinario jefe de Cosa Nostra, autor de todo tipo de crímenes y atentados, tenía un carnet de identidad en el que se hacía llamar Andrea Bonafede —el nombre del sobrino de uno de sus colaboradores—, de 50 años y de profesión geómetra.

Sin embargo, algunos de sus vecinos en todos estos meses han relatado que nunca sospecharon que aquel hombre alto y calvo era en realidad el jefe de una de las organizaciones criminales más temidas del planeta, pese a verlo a veces en el bar o en la pizzería.

“Yo no hablaría de refugio, sino de la residencia de un sujeto que hacía una vida prácticamente normal y utilizaba ese apartamento para vivir e irse a curar a Palermo”, aseguró este martes al canal Skytg24 el fiscal que condujo su detención, Maurizio De Lucia.

El apartamento ha sido registrado durante la noche por las autoridades y, aunque no se han encontrado armas, sí que contaba con algunos perfumes caros y ropa de marca tan apreciados por el capo, que en el momento de la detención llevaba un reloj de 35.000 euros.

El registro permitirá ahora a los investigadores entender cómo era la vida del criminal: “Vivía bien”, aseguró De Lucia, que centra ahora sus esfuerzos en destapar la evidente red de contactos que lo encubrió durante su larga fuga de tres décadas.

Rosario Cognata era su vecino en el primer piso y aseguró este martes a los medios que “de vez en cuando” lo veía y lo saludaba y él “respondía de forma cordial”.

De hecho, también ha trascendido que el “capo de capos” tenía tres dosis de vacuna contra el coronavirus.

El general del cuerpo de carabineros (policía militarizada), Pasquale Angelosanto, explicó que ahora se llevarán a cabo estudios científicos en el apartamento en busca de pruebas que revelen la identidad de sus colaboradores.


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