genocidio armenio
Foto AFP/Ludovic MARIN

El reconocimiento del genocidio armenio por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, al tiempo de ser una victoria moral para Ereván, es un jarro de agua fría para Ankara, el socio díscolo de la OTAN, al que Washington quiere reincorporar a su disciplina.

El voto sobre el reconocimiento del genocidio armenio en Washington se produjo minutos antes de que la Cámara Baja estadounidense aprobara sanciones contra Turquía por su ofensiva contra las milicias kurdas Unidades de Protección del Pueblo en el noreste de Siria.

El texto de la resolución fue presentado a principios de año, pero su aprobación se demoró meses y coincidió con la nueva escalada de las tensiones entre Estados Unidos y Turquía debido a la situación en Siria.

Y si antes las autoridades estadounidenses eludían incluso utilizar la palabra tabú genocidio al referirse a los acontecimientos de 1915, la política turca en Siria hizo que la situación diera un vuelco.

Dos pájaros de un tiro

Para el conocido analista armenio Hayk Khalatyan, la decisión tiene un claro cariz político. Además, está relacionada con “la situación en Siria y las acciones contra los kurdos” que despertaron “ánimos antiturcos” en el Congreso y en la Casa Blanca.

Eso explica, según el experto, la razón por la que el gobierno de Donald Trump no se posicionó en contra de la decisión.

“Es el primer presidente estadounidense en las últimas décadas, desde los tiempos de Ronald Reagan, que no prometió nada a la comunidad armenia, pero tampoco puso palos en las ruedas para que la decisión no se aprobara”, dijo en declaraciones a Efe.

Las consecuencias de la decisión

El paso dado por la Cámara Baja es de un valor simbólico y no traerá consecuencias prácticas, como la admisión de la historia por parte de las autoridades de la Turquía actual, opina el politólogo.

Al mismo tiempo, matiza que la resolución “jugará un papel importante” para abrir el camino hacia el reconocimiento de la tragedia armenia por otros países después de que lo hiciera “el Estado más poderoso del mundo”.

“Naturalmente, habrá también más roces entre Turquía y Estados Unidos, aunque precisamente esas discrepancias fueron las que llevaron a la aprobación final de la resolución”, recalcó Khalatyan.

El cabildeo armenio en Estados Unidos

La numerosa diáspora armenia en Estados Unidos llevaba décadas trabajando para conseguir el reconocimiento del genocidio, que a falta de una postura oficial, habían secundado de forma independiente 49 de los 50 estados que componen ese país.

La principal fuerza que lucha por la causa armenia en ese país es el Comité Nacional Armenio de Estados Unidos, considerada la mayor y más influyente organización de la comunidad armenia esa nación.

Muchos de los presidentes de Estados Unidos prometieron a los armenios, cuyo número  supera los 2 millones en suelo estadounidense, reconocer el genocidio, pero esas promesas siempre quedaban en palabras vacías.

Una de las últimas decepciones de los armenios estadounidenses fue Barack Obama, entre cuyas promesas electorales en 2008 figuraba el reconocimiento del genocidio.

No obstante, en los discursos oficiales el entonces mandatario prefirió siempre definir la tragedia como “gran masacre” y no genocidio, término que siempre ha despertado fuertes críticas de Turquía, pues asegura que las muertes masivas durante las deportaciones de los armenios en 1915 no fueron fruto de una política planificada de las autoridades.

Trump, aún sin ofrecer declaración

Es bajo el mandato de Donald Trump en Estados Unidos que se da el simbólico paso para allanar el camino hacia el reconocimiento del genocidio por otros gobiernos.

«Su gobierno no puso ninguna pega a que fuera aprobada la resolución, a diferencia de otras», insistió el experto armenio.

Pero el propio Trump, quien hasta ahora ha emulado a sus antecesores al no usar la palabra “genocidio” para hablar de los sucesos de 1915, hasta el momento no ha ofrecido declaraciones sobre el texto aprobado por la Cámara Baja estadounidense, controlada por los demócratas.

La causa armenia en el mundo

Los armenios luchan por el reconocimiento del genocidio desde hace un siglo, pero hasta ahora su tragedia ha sido reconocida oficialmente tan solo por una treintena de países.

El primer Estado en apoyar la causa armenia fue Uruguay, quien dio el histórico paso en 1965.

Le siguieron los reconocimientos de los Estados europeos Francia, Alemania, Italia, Canadá y Rusia, y los latinoamericanos Argentina, Paraguay, Venezuela, Chile y Bolivia, entre otros.

La lucha de Armenia y su diáspora, parte de la cual surgió precisamente después del genocidio, no cesará con el reconocimiento estadounidense, pues el principal objetivo de esta milenaria nación es conseguir el reconocimiento turco para poder abrir una nueva página en la historia de ambos países.


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