Nairobi. El envejecimiento poblacional se ha convertido en una de las nuevas preocupaciones para los países de América Latina. La ventana demográfica en la región  —el momento en el que un país tiene más personas económicamente activas que las menores de 15 años y mayores de 65— está llegando a su fin para países como Uruguay, Chile y Costa Rica, mientras que Brasil  y Colombia aún tienen 10 años antes de concluir ese periodo.

La tasa de fecundidad a la baja es el principal motivo por el cual se ha presentado este fenómeno. Los especialistas advierten que los retos no son pocos cuando se habla del envejecimiento, pues las economías nacionales deberán estar preparadas para atender a dos tipos de personas: quienes por su edad aún no puede laborar y quienes ya llegaron a su edad de jubilación.

Cuestionado sobre si  la región está preparada para atender el envejecimiento, Harold Robinson, del Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA),  respondió: “No, la transición demográfica requiere que el Estado asuma los servicios de cuidado que tradicionalmente se ha dejado a las mujeres. De igual manera, inevitablemente habrá que ampliar la edad de jubilación en los países donde los que vienen detrás pagan por los que se pensionaron. Este modelo es insostenible, a diferencia del otro donde una persona ahorra y cuando se jubila ese ahorro le genera un ingreso”.

El director regional advirtió que el envejecimiento está generando una gran presión en Latinoamérica porque también habrá que modificar los servicios de salud para atender a los adultos mayores y las enfermedades crónicas.

Según los datos del UNFPA, Guatemala, Bolivia, Haití, Paraguay, Honduras, Belice y Guyana son los países que más tiempo gozarán su ventana demográfica a partir de ahora. Incluso se espera que naciones como Guatemala y Haití empiecen a gozar de su gente más joven apenas en 2030.

Pablo Salazar, asesor del UNFPA, pone de ejemplo a algunos países para hablar del origen del envejecimiento. Refiere que Cuba es el país con tasa de fecundidad más baja: 1.5 hijos por mujer en edad de ser madre. Pero ya casi todos los otros países están cerca de los 2 o menos. Bolivia es quien tiene más, cerca de 3.

El envejecimiento de la población se suma a otro factor: vivimos más tiempo. En promedio, de acuerdo con un informe de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) de 2018, se ganaron 23 años de duración de vida entre 1950 y 2015.

En contraste, la tasa de fecundidad pasó de 5.9 entre 1950 y 1955 (con una esperanza de vida de 52 años al nacer) a 2.2 entre 2010 y 2015 en la región (con una esperanza de vida de 75 años al nacer) y se estima que para el 2045 será de 1.9 (con una esperanza de vida de 81 años al nacer).

Salazar  enumera los retos que se avecinan ante esta realidad inevitable: “Sucede que la baja de la mortalidad infantil ha sido uno de los grandes éxitos del último ciclo. Eso y la vacunación ha hecho que creciera la esperanza de vida al nacer. Ahora, mientras envejece la población, el desafío es cómo envejecer en condiciones dignas”.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!