Cientos de personas protestaron este jueves ante la Casa Blanca luego de que el presidente de EE UU, Donald Trump, anunciara la retirada de su país del Acuerdo climático de París, que suscribieron cerca de 200 países a finales de 2015.

Indígenas norteamericanos, activistas, organizaciones religiosas, políticos y ciudadanos se unieron ante la mansión presidencial para protestar por la decisión del mandatario, que deja a EE UU en una posición aislada sobre el pacto global climático, junto a Siria y Nicaragua, los únicos dos países no firmantes del acuerdo.

Bajo el lema «Invierte en soluciones», el presidente del Comité Nacional Demócrata (DNC), Tom Pérez, insistió en que el pueblo estadounidense «logrará» que el país se comprometa en la protección del medioambiente y reiteró la necesidad de seguir peleando contra el calentamiento global.

Pero entre las intervenciones más conmovedoras estuvo la del indígena Grayhawk Parsons, activista por los derechos indígenas de Standing Rock, quien relató cómo en Dakota del Norte, donde Trump ha aprobado la construcción de un gran oleoducto, las empresas petroleras atacan a los miembros de las comunidades.

Parsons relató cómo varias mujeres que rezaban en la zona próxima a su reserva indígena fueron envenenadas por algunos miembros de las empresas extractivas para medrar al resto.

«Estaban construyendo un modelo sobre cómo iban a reprimir a los civiles que se opusieran a su proyecto», alertó.

«Esta persona al otro lado de la calle -dijo en referencia a Trump-, nos dijo quién era. No mintió sobre quién era, y esa ha sido la única cosa sobre la que no ha mentido», aseveró Parsons, quien pidió a los asistentes que continuaran en la lucha por defender a la madre naturaleza.

Entre los numerosos participantes en la protesta, Ernesto Vargas, representante de la asociación Chispa por la concienciación sobre el cambio climático, recordó que «la gente de Estados Unidos quiere que este país sea un líder en la lucha contra el cambio climático».

Asimismo, Vargas recordó que los latinos, especialmente, no solo están concienciados sobre la situación que vive el planeta, sino que también son uno de los grupos más afectados por el empeoramiento del medio ambiente.

«Si el presidente no quiere, el pueblo sí quiere», aseveró el activista latino.


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