La embajadora de Estados Unidos (EE UU) ante la Organización de las Naciones Unidas, Nikki Haley, criticó este viernes al presidente venezolano Nicolás Maduro por sus palabras en contra de varios religiosos por hablar de la corrupción política en el país.

«Al poner el blanco en líderes religiosos, que promueven la paz y ofrecen esperanza para los creyentes, el régimen sigue mostrando que sólo se preocupa de preservar su propio poder y que nada le importan los derechos humanos básicos y el bienestar de sus ciudadanos», dijo Haley en un comunicado.

Según la diplomática, «el reinado de violencia, represión, corrupción y bancarrota de Maduro continúa castigando a los venezolanos» y EE UU seguirá apoyando a la población «en su lucha para restaurar su democracia frente a un brutal dictador».

Esta semana, el presidente de Venezuela pidió investigar si una homilía celebrada el pasado domingo en el estado de Lara, en la que se habló sobre la corrupción en el país, constituyó un «delito de odio» por parte de los sacerdotes.

Maduro, que se refirió a los religiosos como «diablos con sotana», emplazó al fiscal general, al defensor del pueblo, al contralor general y al presidente del Tribunal Supremo de Justicia a atender esta denuncia.

Victor Hugo Basabe, obispo de San Felipe, pidió este domingo a la Divina Pastora librar a Venezuela de «la peste» de la corrupción política que, dijo, llevó al país «a la ruina moral, económica y social» tras la procesión con la que se celebró en Santa Rosa el 162 aniversario de su aparición.

El religioso aseguró entre aplausos que quienes «están empeñados en no entender que la causa fundamental de los males de Venezuela está en la persistencia en un modelo económico, político y social negador de Dios y por ende de la dignidad humana» se encuentran en el «camino de la maldición». 


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