Mike Pompeo Alex Saab
Chip Somodevilla/Getty Images/AFP

Estados Unidos anunció este lunes la inclusión de American International Services, una unidad de la compañía de servicios financieros Fincimex, canal obligatorio de las remesas a Cuba, en la lista negra de empresas con las que los estadounidenses tienen prohibido llevar a cabo transacciones.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, informó en un comunicado de que su departamento añadirá a AIS, cuya compañía matriz es Fincimex, a la Lista Restringida de Cuba, medida que se hará efectiva desde este martes.

Pompeo dijo que se trata de una institución financiera controlada por el Ejército cubano que procesa las remesas enviadas al pueblo cubano y se beneficia con las ganancias originadas por esas operaciones, para ahondar la represión y financiar la intromisión de la isla en Venezuela.

AIS es un sistema de envío de remesas a Cuba desde el exterior a través de dos tipos de tarjetas que se recargan con dinero desde el exterior para que los destinatarios puedan recibirlo en la isla y también realizar pagos en comercios, gasolineras y otros establecimientos del país.

El Departamento de Estado asegura que también incluyó en junio a la firma matriz de AIS, Fincimex, en la lista negra, pero hasta el momento esa firma no aparece en el listado actualizado del Departamento del Tesoro.

Las compañías extranjeras que quieren operar en Cuba deben contar con una contraparte estatal y, en el caso de Western Union, ese socio es desde 2016 Fincimex, que también procesa en la isla las operaciones con tarjetas Visa y Mastercard, así como una parte de los pagos de Airbnb a sus anfitriones cubanos.

La inclusión de AIS en la lista negra llega pocos días después de que el gobierno estadounidense anunciara nuevas sanciones que prohíben a sus ciudadanos alojarse en los hoteles de la isla, todos estatales, así como comprar tabaco o alcohol cubanos para llevarlos a Estados Unidos.

Junto con esas medidas, anunciadas el pasado 23 de septiembre, Estados Unidos también amplió las restricciones de viaje a Cuba, donde el turismo de los estadounidenses ya está prohibido, al eliminar la autorización que permitía a sus ciudadanos asistir u organizar reuniones profesionales o conferencias en Cuba, algo que ahora solo se permitirá en casos excepcionales, bajo petición.

A medida que se acercan las elecciones del 3 de noviembre, en las que busca un segundo mandato y quiere retener el favor de los estadounidenses de origen cubano en el estado clave de Florida, Trump ha endurecido su discurso hacia La Habana, aunque el retorno a la política hostil hacia la isla comenzó desde su llegada la Casa Blanca en 2017.

A lo largo de estos cuatro años, y especialmente en los dos últimos, la Administración estadounidense ha dado marcha atrás en el «deshielo» promovido por Obama e incrementado las sanciones con el objetivo de dañar la ya deteriorada economía de la isla y las miras puestas en sectores estratégicos para las arcas estatales como el turismo, las remesas o las misiones médicas.

La prohibición de los cruceros y el veto a los vuelos desde Estados Unidos a todos los aeropuertos cubanos excepto el de La Habana han sido algunas de las medidas más duras tomadas por Washington.

Cuba atraviesa serios apuros económicos en este momento, reflejados en una creciente escasez de alimentos y productos básicos, ya que la pandemia obligó al país a cerrar sus fronteras al turismo desde abril pasado.

Este parón turístico agravó la crisis que ya arrastraba la isla debido al embargo y las sanciones anteriores, la reducción de la ayuda venezolana y el retraso en la aplicación de reformas para paliar las ineficiencias de su sistema centralizado.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!