El gobierno de Joe Biden limitará el acceso al asilo en la frontera de Estados Unidos con México, con restricciones que entrarán en vigor cuando el jueves se levante la norma sanitaria que permitía expulsar a casi todos los migrantes sin papeles.

«Aquellos que no usan vías legales para entrar en Estados Unidos no son elegibles para el asilo», dijo este miércoles en rueda de prensa el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, al dar cuenta de esta nueva regla que entrará en vigor el jueves a las 23H59 (03H59 GMT del viernes).

A esa hora expira el llamado Título 42, norma activada durante la pandemia que permite expulsar automáticamente a casi todos los que llegan al país sin visa o documentación necesaria para entrar.

Aquellos migrantes «no elegibles» serán deportados, a no ser que demuestren «un temor razonable de persecución» en el país al que van a ser expulsados, añadió Mayorkas.

Les queda la opción de refutar la presunción de «inelegibilidad al asilo» pero en «circunstancias muy limitadas», recalcó.

El gobierno obliga por tanto a los migrantes a pedir cita para el asilo a través de la aplicación móvil CBP One o a tramitarlo en países por los que transitan antes de llegar a Estados Unidos.

Las restricciones de asilo contemplan algunas excepciones: si no han podido acceder o usar la aplicación móvil debido a una barrera del idioma, analfabetismo o falla técnico, si lo solicitaron y se les denegó en al menos otro país o en circunstancias excepcionales «convincentes», enumera el Departamento de Seguridad Nacional en un comunicado. Tampoco se aplicarán a los niños no acompañados.

Cuando el gobierno propuso esta regla en febrero pasado, las ONG la compararon con una medida que el entonces presidente republicano Donald Trump intentó activar en 2019 para impedir la llegada de caravanas de migrantes. Los tribunales se lo impidieron.

«Estamos dejando muy en claro que nuestra frontera no está abierta, que cruzar irregularmente es ilegal» y que aquellos que no son elegibles serán devueltos «rápidamente», afirmó Mayorkas.

El martes por la noche, el propio presidente Biden reconoció que prevé temporalmente una situación caótica.

«Será caótico por un tiempo», afirmó Biden, cuyo gobierno en los últimos meses alternó el palo con la zanahoria, proponiendo lo que denomina «vías legales».

La administración intenta convencer a los migrantes de que recurran a estas vías, como pedir cita a través de la aplicación móvil, recurrir a un permiso de reunificación familiar o acogerse a un programa que autoriza entrar a 30.000 personas por mes de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Haití por motivos humanitarios.

«Le están poniendo las cosas más difíciles a uno», declaró a la AFP Michel,  albañil venezolano de 35 años de edad que prefiere no dar su apellido mientras intenta en vano pedir cita a través de la aplicación móvil desde Ciudad Juárez (México).

En cuanto expire la norma sanitaria la política migratoria se regirá exclusivamente por el Título 8, norma migratoria que ya se usa desde hace décadas y que permite expulsar a todo aquel que entre al país sin una visa o documentación requerida.

Gloria, guatemalteca de 56 años de edad, declaró a la AFP en Ciudad Juárez que no entiende la diferencia entre refugio y asilo. Solo intenta ponerse a salvo de amenazas de su expareja.

«Expulsiones aceleradas»

«Ampliaremos significativamente a partir del jueves nuestro uso de la expulsión acelerada en la frontera», advirtió un funcionario gubernamental que pidió el anonimato en una rueda de prensa telefónica el martes por la noche.

Y «por primera vez en la historia» las expulsiones a México de migrantes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela «continuarán bajo el Título 8», especificó.

Los migrantes de otras nacionalidades serán devueltos a sus países de origen gracias a acuerdos negociados en el último año y medio.

Para hacer frente al desafío que se avecina, Washington tiene más de 24.000 agentes del orden en la frontera junto con otros 1.100 nuevos coordinadores de la patrulla fronteriza.

Contará asimismo con cientos de policías de otras agencias del Departamento de Seguridad Nacional, 400 voluntarios y 1.000 personas encargadas de las llamadas entrevistas «de miedo creíble», que evalúan si existe una posibilidad de que la persona sea perseguida o torturada si regresa a su país.

Próximamente los migrantes también podrán pedir cita en centros de preselección en Guatemala y Colombia. La idea es abrir «100» en toda América Latina y el Caribe, afirmó otro funcionario que pidió el anonimato en la misma rueda de prensa.

El presidente demócrata, que se presenta a su reelección en las presidenciales de 2024, estima que es el único medio para lidiar con la migración, porque el Congreso no se pone de acuerdo sobre una política migratoria.

Los republicanos le acusan de haber perdido el «control operativo» en la frontera y negocian para intentar votar el jueves en la Cámara de Representantes una propuesta que limitaría el asilo y ampliaría el muro fronterizo. En cualquier caso es muy improbable que obtenga la luz verde del Senado, de mayoría demócrata, y Biden ya advirtió que la vetaría.


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