Moscú
Handout / RUSSIAN EMERGENCY MINISTRY / AFP

Los rusos, destrozados tras el sangriento atentado del viernes en una sala de conciertos de Moscú, afirman estar unidos en su dolor, pero las opiniones sobre la versión del Kremlin, que parece culpar a Ucrania, están divididas.

El atentado cometido por hombres armados el viernes por la noche, que se cobró la vida de al menos 137 personas, fue reivindicado por el Estado Islámico (EI).

Sin embargo, el Kremlin todavía no ha mencionado la responsabilidad del grupo yihadista e insiste en que los cuatro presuntos asaltantes, que fueron detenidos, intentaron huir a Ucrania, país donde lanzó una ofensiva en febrero de 2022.

En las calles de Moscú, muchos se niegan a hablar de este tema tan sensible pero Vamig Aliev, estudiante de Medicina y de padres musulmanes, acepta hacerlo.

«Creo que detrás de este acto terrorista están los islamistas extremistas del EI. Ucrania también comete actos terroristas, pero esto concuerda más con lo que hacen los islamistas», explica el joven de 22 años, que afirma ser un habitual del Crocus City Hall.

«No creo en la versión de la implicación de Ucrania, incluso después de lo que dijo el presidente» Putin, insiste.

A pesar del desacuerdo, considera que la tragedia ha sido un factor de unidad.

«Estos acontecimiento nos unen para que podamos superar juntos los obstáculos», añade Vamig. «No me sorprende (el apoyo de los occidentales que denunciaron el atentado), a nadie le gustan los terroristas».

Todos los medios valen

Ruslana Baranovskaia, jurista de 35 años, todavía sigue muy conmovida y en «estado de shock». Sin embargo, cuestiona el hecho de que las autoridades rusas, que siempre alardean de sus dispositivos de seguridad, fueran incapaces de evitar la tragedia.

Especialmente teniendo en cuenta que algunas potencias occidentales advirtieron a Moscú y a sus ciudadanos en Rusia del riesgo de atentado.

«Estados Unidos y Reino Unido habían advertido a sus nacionales, ¿por qué nuestros servicios especiales no sabían nada?», pregunta.

El martes, tres días antes del atentado, Vladimir Putin denunció las advertencias «provocadoras» de Estados Unidos y «un deseo de intimidar y desestabilizar» a la sociedad rusa.

El domingo, Washington reiteró que «el Estado Islámico es plenamente responsable de este atentado» y dijo que no veía «ninguna implicación ucraniana».

«A principios de marzo, el gobierno estadounidense compartió con Rusia información sobre un atentado terrorista planeado en Moscú», indicó una portavoz de la Casa Blanca.

«No me siento segura. Que alguien pueda salir y matarme, asusta», admite Baranovskaia.

Sin embargo, otros ven plausible la implicación de Kiev. Las autoridades rusas no dejan de tachar a Ucrania de estar dirigida por «nazis» o de llevar a cabo «atentados terroristas», con el fin de justificar el asalto lanzado en este país.

Valeri Chernov, de 52 años, señala que el atentado en el Crocus City Hall hará que todo el mundo «comprenda que el frente no solo está en una parte de Rusia, sino en todo el país».

«Algunos no habían comprendido que hay una guerra y que todos los medios valen», afirma este comerciante.

«¿Quién está detrás? Los enemigos de Rusia y de Putin que buscan desestabilizar al poder. Es realmente posible (que sean) Ucrania y Occidente. No descarto nada. Es posible que hayan utilizado al EI para desviar la atención de la población», agrega.

Esta semana, el Kremlin reconoció que el país está en «guerra» en Ucrania, una palabra cuyo uso había prohibido prefiriendo el término «operación militar especial».


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