Rudd
EFE

Amber Rudd, ministra británica de Trabajo y Pensiones, presentó este sábado su dimisión, descontenta por la medida del primer ministro de expulsar a 21 diputados conservadores del partido. Todo esto enmarcado en la creciente conflictividad por el brexit.

«No puedo quedarme a un lado mientras conservadores buenos, leales y moderados son expulsados», tuiteó Rudd.

Los 21 diputados a los que se refiere fueron retirados del grupo parlamentario tras haber apoyado el veto a una salida del Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo.

Rudd dijo que ha hablado con Boris Johnson para explicarle sus razones y que sigue comprometida con los valores conservadores de su formación.

En su carta de dimisión, admitió que no creía que el principal objetivo del gobierno fuera salir del bloque europeo con un acuerdo.

«El gobierno está dedicando mucha energía en preparar una salida sin acuerdo», señaló.

«Esta matanza miope de mis colegas ha despojado al partido de diputados conservadores tolerantes y dedicados. No puedo apoyar este acto de vandalismo político», insistió.

Crisis de gobierno

El gobierno de Johnson está sumido en una profunda crisis desde que en agosto decidió suspender las sesiones parlamentarias a partir de la próxima semana. En respuesta, los partidos de oposición y miembros del partido de gobierno se enfurecieron y han tomado medidas.

La oposición y 21 diputados conservadores se hicieron esta semana con el control de la agenda parlamentaria, reservada al Ejecutivo. Consiguieron tramitar una ley que veta un divorcio de la UE.

Esa pieza legislativa establece que el primer ministro tiene hasta el 19 de octubre para aprobar en el Parlamento un acuerdo con la UE. De lo contrario, deberá pedir un retraso de tres meses para el brexit.

El jefe del gobierno ha dejado claro que preferiría estar «muerto en una zanja antes que pedir un retraso del brexit».

La oposición también vetó en la Cámara de los Comunes la posibilidad de convocar elecciones anticipadas el próximo 15 de octubre, como pretendía Johnson.

Al ser un adelanto electoral, Johnson necesita el apoyo de dos tercios de la cámara baja.

Johnson, que llegó al poder el pasado julio tras la dimisión de Theresa May, expulsó de su partido como medida de castigo a los 21 diputados conservadores que se unieron a la oposición.

Entre los expulsados hay figuras destacadas del partido, entre ellas el veterano diputado Kenneth Clark, considerado «el padre de la Cámara de los Comunes», y Nicholas Soames, nieto del ex primer ministro Winston Churchil con más de 25 años de servicio público.


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