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Los vecinos de la localidad de Jabaloyas, en Aragón, España, removieron a su alcalde debido a que lo responsabilizan del cierre del único bar del pueblo, en el cual solo se cuentan 57 vecinos censados.

El alcalde en cuestión es el socialista Enrique Álvarez, quien ocupaba el cargo desde hace más de 12 años. El mecanismo para destituirlo implicaba una moción de censura presentada contra él por una candidatura encabezada por el independiente Óscar Castillo, informó El Mundo.

Jabaloyas se rige por un concejo abierto. En la votación participaron 44 vecinos y la moción fue aprobada con 25 votos a favor, otros 18 votaron en contra y hubo 1 voto en blanco.

«Los vecinos atribuían el cierre de Los Diezmos, el único bar-restaurante de Jabaloyas, una localidad de la Sierra de Albarracín, a las desavenencias y presiones del alcalde con quien regentaba el establecimiento», reseñó El Mundo.

El alcalde saliente se defendió diciendo que el establecimiento pertenece a la Fundación para el Desarrollo de la Comunidad de Albarracín, de la que el regidor del pueblo es uno de los patronos.

Agregó que no descarta impugnar la votación en los tribunales, mientras que los vecinos que impulsaron la moción de censura denunciaron que durante los últimos días recibieron presiones para no acudir a votar.

«En un pueblo pequeño, como es el caso de Jabaloyas, el bar es algo más que un establecimiento hostelero. Aseguran que Los Diezmos era el lugar de reunión de los vecinos en los buenos y malos momentos, punto de información para visitantes y locales, sala de fiestas en Nochevieja, Halloween o las fiestas de San Juan, restaurante, merendero y hostal», indicó el periódico español.

El bar

La gerente del bar, Marisol Tristán, dijo que el establecimiento funcionaba muy bien y tenía muchos clientes, aunque en la localidad hay apenas medio centenar de vecinos. Sin embargo, precisó, los fines de semana acudían ciclistas, senderistas, cazadores y turistas.

Por ello, la mujer culpaba del cierre del bar a presiones del alcalde que habrían hecho que ella se sintiera incómoda en su trabajo y que por ello decidió dejar el negocio.

«Él quería que me fuera y eso hizo que yo no estuviera a gusto; ahora tendré que buscarme otro empleo», lamentó.

Al respecto, el ahora exalcalde negó haber tenido roce alguno con Tristán y aseguró que ella se iba por su propio gusto.

El alcalde asegura que no tiene ningún poder para echar a nadie del bar.


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