Cuba
Foto us.embajadavenezuela.org

Convencidos de que no hay una política mágica para rescatar a Cuba y Venezuela de las dictaduras y de que el cambio democrático viene de adentro, exiliados y líderes de organizaciones de ambas comunidades en Estados Unidos urgen al próximo presidente, Joe Biden, a escucharlos para no repetir los errores de los dos últimos gobiernos.

Los consultados por Efe no creen que vaya a haber cambios drásticos en la política hacia Cuba y Venezuela del gobierno del demócrata Biden, que asumirá la Presidencia de Estados Unidos el próximo miércoles en reemplazo del republicano Donald Trump, y le pidieron básicamente continuar la presión y acercarse más a la sociedad civil de ambos países.

Biden no muy diferente de Trump con Venezuela y Cuba

A juicio de Otto Reich, presidente del Centro para una Cuba Libre, la política de Biden hacia la isla «va a ser más parecida a la de Trump de lo que mucha gente esperaba».

Seguramente se van a mantener las sanciones para usarlas como presión para un cambio pacífico y puede abrirse la mano en los vuelos a la isla de cubano-estadounidenses y en el envío de remesas, dijo Reich, nacido en Cuba y exembajador de Estados Unidos en Venezuela.

Cuando se le pregunta si se puede seguir con Cuba el mismo guion del aperturismo que inició el expresidente Barack Obama en 2015, responde que no es la misma relación y que las cosas han cambiado.

En cuanto a Venezuela, señala que la política de Trump no dio resultados y piensa que si la política exterior de sus primeros dos años hubiera sido coherente, habría habido una oportunidad de enderezar las relaciones e influir en un cambio político.

También considera que al ver el fracaso del levantamiento de 2019 contra Nicolás Maduro y la falta de reacción de los militares, Trump se decepcionó. «Vio imposible trabajar con la oposición venezolana».

«Maduro se ha afianzado en el poder con el apoyo de países que son antiamericanos. Se mantiene por la fuerza y el crimen organizado y por la poca producción de petróleo que queda», manifestó.

Reich estima que Biden va a mantener el apoyo al líder opositor Juan Guaidó y dijo que hay un grupo de congresistas y excongresistas afines al demócrata que promueven a través del Boston Group un diálogo con Venezuela si Maduro se compromete a celebrar elecciones libres y democráticas.

Una salida negociada, sin embargo, sería un grave error, expresó José Antonio Colina, presidente de la Organización de Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), quien le recordó a Biden su promesa de un Estatuto de Protección Temporal para librar de la deportación a los venezolanos huidos a Estados Unidos.

Colina opina que Biden debe mantener la política de Trump de sanciones y judicialización de los miembros corruptos y violadores de derechos humanos del régimen de Maduro e incluso ir más allá y «ejecutar o ayudar a ejecutar un salida de fuerza».

No hay política mágica

«Desde hace muchos años se ponen demasiadas esperanzas en gobiernos extranjeros, pero la dinámica de Cuba y del mundo moderno ha demostrado que los cambios se producen por la acción de las personas que están dentro», dijo Omar López Montenegro, director de Derechos Humanos de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).

Subrayó que independientemente del partido en el poder, Estados Unidos ha mantenido una política de Estado en apoyo de la sociedad civil cubana —como mantener Radio y Televisión Martí para tener al pueblo informado, y las ayudas a los grupos de oposición— que simplemente fluctúa dependiendo del gobierno.

A su juicio, unas medidas de Trump sirvieron, como señalar al régimen castrista como una entidad criminal y cortar los beneficios de la cúpula militar en Cuba. «El acercamiento de Obama ayudó a poner sobre el tapete que el régimen castrista no tiene voluntad de cambio».

Resaltó, sin embargo, que las estructuras del régimen no cambian si no hay presión popular y protestas como la del Movimiento San Isidro, que han servido para demostrar que esa debe ser la dirección.

La medidas extranjeras pueden contribuir con su solidaridad al pueblo cubano, pero ninguna política en sí produce un resultado mágico, aseguró López.

«El Movimiento San Isidro y muchos jóvenes han llevado la situación actual a un punto que no se ha visto antes. Hay que dejarlos actuar sin ayudar al régimen. Darles tiempo», dijo por su parte Marcell Felipe, presidente de Inspire America Foundation.

Un régimen acorralado

Ramón Saúl Sánchez, del Movimiento Democracia, manifestó que espera que el gobierno de Biden distinga entre Cuba, la dictadura y el pueblo de Cuba cuando hable de acercamientos.

También que escuche las ideas serias, factibles y progresistas como la aplicación de los Principios Sullivan, de responsabilidad empresarial, que «funcionaron con éxito en Suráfrica».

«Si las corporaciones norteamericanas negocian con Cuba, un porcentaje debe ir al gobierno y uno mayor a la población», explicó.

Sánchez además advirtió de que si la idea es retomar la política de Obama, debe darse cuenta que no puede ser totalmente incondicional, porque ellos no van a cambiar si no hay presión.

Para el exiliado, la clave con Cuba y Venezuela es acercarse más a sus pueblos, penetrar a la población, ya sea para acercamientos o actividades comerciales.

Sobre el revés de Biden en las elecciones pasadas en Miami-Dade, de gran población cubana, que alentó el triunfo de Trump en Florida, Sánchez dijo: «Si quieren los votos de los cubanos tienen que tener resultados a favor de los derechos humanos para la población cubana».

«Que no empodere a la dictadura sino a la población cubana. De lo contrario va a ayudar a legitimar a un régimen que ya está acorralado por su propio pueblo», agregó.

En ese sentido, Felipe dijo que si Biden repite lo de Obama, los votantes cubano-estadounidenses repetirán lo visto en noviembre, «cuando votaron en 70% por Trump».

Le urgió al demócrata mantener la política de Trump: «Ha llevado al régimen contra la pared».


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