Titanic
Woods Hole Oceanographic Institution / AFP

Ver de cerca los restos del transatlántico británico Titanic en el Atlántico Norte hasta hace algunas décadas era imposible. Sin embargo, desde el año 2021, unos pocos afortunados, con considerables recursos económicos, lograron este sueño gracias a la empresa OceanGate Expeditions.

La compañía gestiona submarinos para expediciones en aguas profundas para visitar el Titanic. Ofrece viajes turísticos de ocho días y siete noches por un precio de 250.000 dólares.

Esta empresa privada estadounidense intentó en 2018 y 2019 organizar misiones de exploración a los restos del barco inglés, pero por diversos contratiempos los canceló.

La expediciones parten de Saint John, en Terranova, desde donde un barco traslada a la tripulación y a los turistas al punto localizado del hundimiento. Tras un par de días de familiarización con el sumergible, empieza una la inmersión de unas ocho horas de duración, con derecho a ojo de buey.

Después de dos horas de descenso a las profundidades aparecen los restos del transatlántico que naufragó tras chocar contra un iceberg cinco días después. De los 2.224 pasajeros y tripulantes que viajaban a bordo, fallecieron casi 1.500.

La Vanguardia reseñó que los participantes de esta expedición deben estar perfectamente sanos desde el punto de vista cardiovascular y respiratorio, demostrar flexibilidad, espíritu de adaptación y preparación física adecuada para integrarse, pues el Titanic, de 269 metros de eslora, está a unos 3.800 metros bajo la superficie.

La tragedia

«Únete a nosotros para explorar el naufragio y experimentar una expedición a las profundidades oceánicas», decía la página de Facebook de OceanGate, antes de la desaparición de un submarino con cinco personas a bordo el domingo pasado.

La Guardia Costera de Estados Unidos ha lanzado una operación de rescate, pero las perspectivas son todo menos halagüeñas.

Canadá también participa en la búsqueda de la nave con un barco y un avión, informaron a la AFP miembros de guardacostas canadienses. La embarcación movilizada «estaba frente al este de Terranova y partió hacia el área de búsqueda», detallaron.

En un comunicado citado por los medios, la empresa organizadora de las excursiones afirmó que pretende «explorar y movilizar todas las opciones para traer de regreso a la tripulación a salvo».

¿Quiénes están a bordo?

Uno de los pasajeros fue identificado como el empresario británico Hamish Harding, cuya empresa de aviación había publicado en redes sociales sobre su expedición al área.

AFP reseñó que Harding es aviador y tiene 58 años de edad. Además, es turista espacial y presidente de la asociación Action Aviation.

Horas antes de la desaparición, publicó en su Instagram que estaba orgulloso de unirse a la misión Titanic de OceanGate.

A bordo del sumergible también está el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood. «Por ahora, se ha perdido el contacto con el sumergible y la información disponible es limitada», señaló su familia en un comunicado.

Dawood es vicepresidente del conglomerado Engro, con sede en Karachi, que tiene inversiones en energía, agricultura, petroquímica y telecomunicaciones, informó AFP.

Submarino Titán

El submarino ‘Titán’ está diseñado para llevar a bordo cinco personas y puede sumergirse a una profundidad de casi 4.000 metros en 90 minutos. Tiene además una autonomía de 96 horas para una tripulación de cinco personas.

Dentro del vehículo hay sitio para un piloto, un experto y tres visitantes, quienes también pueden experimentar la emoción de pilotar. El minisubmarino Titán es un compendio de tecnología capaz de hundirse hasta cuatro kilómetros en tan solo 90 minutos, reseña La Vanguardia.

«Además de la parte delantera diseñada para permitir una vista panorámica, el vehículo está equipado con un sónar de haz múltiple, 40.000 lúmenes de luz externa y cámaras para permitir a los pasajeros seleccionar el ángulo preferido directamente desde su tableta y explorar así el sitio hasta el más mínimo detalle, flotando sobre la proa del Titanic, su emblemática gran escalera central o el área donde una orquesta de cuerda tocaba mientras el barco se hundía», explica la nota.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!