Foto: EFE

«¡Corran, corran (…) hay gente muerta!». Daniel Conilh, un camarero de una cafetería ubicada cerca de la iglesia de la ciudad francesa de Niza donde un hombre mató a tres personas en un ataque con cuchillo, contó a la AFP los minutos justo después del ataque.

«Yo estaba allí, estaba sirviendo. Ocurrió entre las 8:50 y las 9:00», dijo Daniel Conilh, de 32 años de edad, empleado del Grand Café de Lyon, situado a cincuenta metros de la Basílica de Notre-Dame de la Asunción donde tuvo lugar el ataque.

El atacante, herido durante la intervención policial y llevado al hospital, irrumpió en la iglesia armado con un cuchillo y mató a tres personas.

El ataque tuvo lugar en una de las zonas más comerciales del centro de esta ciudad de la Riviera Francesa. Muchos habitantes habían venido a hacer las últimas compras antes del comienzo del confinamiento este jueves 29 octubre a medianoche, dijeron a la AFP.

«Todo el mundo salió corriendo, hubo disparos. Una señora vino directamente de la iglesia y nos dijo ‘Corran, corran, hay alguien que atacó (con cuchillo), va a haber disparos, hay gente muerta'», continuó Daniel Conilh.

«Alrededor de las 9:10, un montón de coches, incluyendo los de la brigada de bomberos acordonaron el área, oímos muchos disparos», agregó.

La portavoz de la policía, Florence Gavello, dijo a media mañana en una rueda de prensa celebrada en el lugar del ataque que la situación estaba «bajo control». «No debemos entrar en pánico. Las detonaciones que se escuchan son causadas por los servicios de desminado», advirtió.

«Hubo una ola pánico, los clientes se fueron sin pagar, tuvieron miedo, yo me quedé, es mi trabajo administrar el establecimiento. Vi un movimiento de la multitud, dije que por favor mantengan la calma», añadió tranquilo el camarero.

«Ya viví el 14 de julio de 2016. Sé lo que es, trabajaba a lado», suspiró Conilh.

Niza fue blanco de un ataque el 14 de julio de 2016 en el que murieron 86 personas. Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, un tunecino de 31 años de edad, arremetió con un camión contra una multitud de niños, familias y turistas que celebraban la fiesta nacional francesa, antes de que la policía lo matara a tiros.

Este nuevo ataque se produce dos semanas después de la decapitación, el 16 de octubre, de un profesor de historia y geografía a manos de un refugiado de 18 años de edad de origen ruso checheno por haber mostrado en clase caricaturas del profeta Mahoma.


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