Cómo sobreviven los venezolanos que huyen de la crisis del país
Migrantes venezolanos hacen el peligroso viaje a través de una meseta helada conocida como El Páramo de Berlín para llegar a Bucaramanga, Colombia | Foto: Los Angeles Times

Las personas de la clase alta fueron las primeras en irse del país. Convirtieron sus ahorros en dólares y se subieron a vuelos internacionales. En tanto, venezolanos de clase media partieron después. Estos se fueron en autobuses y viajaron durante días por varios países de la región. Los pobres se quedaron.

Tuvieron que quedarse cuando la economía colapsó, la comida escaseó, la escasez de medicamentos se volvió mortal y un apagón general dejó a Venezuela sin luz durante más de una semana. El detonante para que incluso las personas de bajos recursos comenzaran a salir por la frontera.

La salida de los caminantes comenzó en el año 2017 con personas jóvenes con la esperanza de encontrar trabajo y enviar dinero a casa.

Padres, madres, niños, enfermos y ancianos se vieron obligados a salir del país, un éxodo que ya es una de las migraciones masivas más grandes de la historia moderna.

Cada día se calcula que huyen 5.000 venezolanos

La salida más conocida es a través de Cúcuta, ciudad fronteriza de Colombia. Luego viene una de las partes más difíciles del viaje: un pasaje de 125 millas que sube más de 9.000 pies a una meseta larga y gélida, el Páramo de Berlín, antes de descender a la cálida y verde ciudad de Bucaramanga.

Los Angeles Times se propuso documentar un viaje, con un reportero y un fotógrafo en el río de la humanidad durante cinco días. Ninguna historia individual capturaría la magnitud de la crisis. Y así, el plan era observar desde los refugios establecidos por buenos samaritanos, desde los pequeños pueblos a lo largo de la carretera, y desde la parte trasera de los camiones.

El viaje comenzó un lunes del mes de mayo de 2019 a las afueras de Cúcuta en una estación de la Cruz Roja, donde un trabajador se paró frente a un grupo de migrantes y les contó sobre un hombre de 21 años de edad que había muerto de hipotermia mientras intentaba cruzar la meseta.

«Te digo esto no para asustarte. Te lo digo para que tengas cuidado y entiendas que este tipo de tragedias han sucedido», dijo un colombiano.

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