Tras el anuncio de Estados Unidos de reimponer las sanciones contra la industria de gas y petróleo de Venezuela, las cuales se habían suspendido en octubre del año pasado para facilitar el acuerdo alcanzado en Barbados entre la oposición y el régimen de Nicolás Maduro, surgen dudas sobre cómo queda parado el gobierno colombiano frente a la administración Biden, teniendo en cuenta la posición que ha tomado Petro frente a Venezuela.
Hay que recordar que esta decisión ocurre días después de que el canciller (e) Luis Gilberto Murillo, en medio de una rueda de prensa a la salida de la Casa Blanca tras reuniones con autoridades estadounidenses, insistió en que la administración de Gustavo Petro no comparte el uso de «sanciones unilaterales» contra Venezuela como castigo por las acciones del régimen.
«Nosotros no le hemos hecho ninguna recomendación al gobierno de los Estados Unidos, más allá de que nosotros sostenemos que las sanciones, como principio, las sanciones unilaterales de un país no deberían existir. Nosotros estamos en contra de cualquier tipo de sanciones, pero es por principio de nuestra política exterior, porque nosotros creemos en el multilateralismo. Y el multilateralismo implica que eso tiene que discutirse en otros escenarios. Y por eso hemos dicho, no estamos de acuerdo con sanciones ni contra Venezuela, ni contra Cuba, ni contra nadie», dijo Murillo.
El argumento que esgrime Estados Unidos para tomar dicha decisión es la constatación del incumplimiento de Maduro con los acuerdos, fundamentalmente la decisión de impedir la inscripción de la candidatura de María Corina Machado y otros aspirantes para las próximas elecciones presidenciales.
Una de las consecuencias directas de esta decisión es el vencimiento de la Licencia General 44, que autoriza transacciones relacionadas con operaciones del sector petrolero y gasífero en Venezuela, y que era fundamental para las pretensiones del gobierno colombiano de importar gas desde Venezuela.
“La licencia 44 que permitía su comercialización se cae con las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos a la tiranía de Maduro. Ecopetrol nos confirmó (como pueden ver) que era precisamente esa licencia 44 -que vence mañana- la que permitiría la importación del gas desde Venezuela”, señaló la senadora Paloma Valencia, tras el anuncio de Estados Unidos.
#ATENCION | Se confirma que Colombia NO podría importar gas de Venezuela.
La licencia 44 que permitía su comercialización se cae con las nuevas sanciones impuestas por EE.UU. a la tiranía de Maduro.
Ecopetrol nos confirmó (como pueden ver) que era precisamente esa licencia 44… https://t.co/IJ1laWgWPj pic.twitter.com/5YIBjoQSxU
— Paloma Valencia L (@PalomaValenciaL) April 17, 2024
En términos de política exterior también podría haber consecuencias. Para Rafael Piñeros, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Externado, esta decisión evidencia que Colombia no tuvo la capacidad de ser un factor de cambio para la situación que atraviesa Venezuela.
“Creo que los costos los asume Colombia, pero no solo con relación a los Estados Unidos, sino en relación con su capacidad de negociación y de intermediación frente al régimen de Nicolás Maduro. No es que Colombia quede mal frente a Estados Unidos, es que sencillamente se evidencia que no cumplió el propósito de interceder. Gustavo Petro no cumplió su rol en materia de estabilización”, señaló el analista.
Piñeros considera que Colombia debe ser muy cautelosa con respecto a las críticas que pueda realizar al asunto de las sanciones, pues ahí sí puede haber consecuencias.
Por su parte, Rafael Uzcátegui, sociólogo y director de Laboratorio de Paz de Venezuela, dice que si bien presidente Petro se ha mostrado preocupado por el efecto de las sanciones en el país, «también debería expresar de la misma manera su preocupación por la deriva totalitaria actual del gobierno en el camino a unas elecciones donde pudiera perder el poder».
El analista va más allá y sostiene que la respuesta del presidente Petro puede marcar un precedente para la relación con el gobierno Biden. “El presidente Petro puede expresar su opinión sobre las sanciones, pero eso no debe ser el centro de su discurso sobre la crisis venezolana. Eso sería banalizar ideológicamente su gravedad”, añadió.
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