Fernández
Foto Cancillería de Chile

Chile hizo este miércoles un llamado a la comunidad internacional y solicitó que se impida que Venezuela sea elegido este jueves como nuevo miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

El canciller chileno, Teodoro Ribera, consideró que la elección de la candidatura venezolana sería «un desprestigio para la ONU y para el mundo entero».

Argumentó su petición basado en las violaciones de los derechos humanos que ha cometido el régimen de Nicolás Maduro.

«Venezuela es un país que ha sido sancionado públicamente por las violaciones de los derechos humanos», señaló Ribera.

Es una candidatura incongruente

Recordó que la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, presentó en julio pasado un informe en el que denunció más de 6.000 asesinatos cometidos presuntamente por fuerzas de seguridad venezolanas desde enero de 2018, además de otros crímenes.

«Es realmente increíble, de una inconsciencia total, que un país con estas situaciones postule a un órgano encargado de velar por el respeto y la promoción de los derechos humanos», insistió.

Dijo que por ello la Cancillería chilena se ha movilizado para advertir de la situación a otros países e impedir que Venezuela forme parte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

«Nuestras embajadas a lo largo del mundo se han contactado con otras cancillerías para hacerles presente esa circunstancia y esperamos que nuestros esfuerzos, más los de otros países democráticos, traigan un buen resultado», manifestó.

En ese sentido, Ribera expresó la preferencia de Chile por las candidaturas de Costa Rica y Brasil, los otros dos países que compiten en la votación por los dos escaños disponibles para la región de América Latina y el Caribe.

El desprestigio

Los comicios del jueves servirán para renovar 14 de los 47 miembros que tiene el Consejo de Derechos Humanos.

El canciller chileno consideró que si finalmente Venezuela ganara la votación, sería un resultado que contribuiría al desprestigio de la ONU y que, además, restaría «relevancia y legitimidad» al Consejo de Derechos Humanos.

 


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