Los gobiernos de Centroamérica pierden más de 5.800 millones de dólares anuales por el tráfico y el comercio ilícito de mercadería, equivalente a 4% del PIB de la región. Así lo dijo este lunes José Mayorga, el presidente de la Asociación de Distribuidores de El Salvador.
Mayorga indicó que estas actividades, que también incluyen la falsificación de marcas, «socavan la base tributaria y afectan la salud de los consumidores». Señaló que en algunos casos están vinculadas a este acto delictivo sobre la mercadería «estructuras criminales».
Mayorga advirtió que «la venta de productos ilegales es casi aceptada por la población». Los productos de consumo masivo se ven a plena vista y se venden libremente en las calles y los mercados.
«Uno como consumidor, al comprar este tipo de productos, lo que está haciendo es financiar indirectamente a estos grupos criminales», dijo.
Las declaraciones de Mayorga se dieron en el marco de un foro organizado por ADES en la capital salvadoreña.
Arturo Fernández, experto argentino de la tabacalera Philip Morris, informó que uno de los principales productos de contrabando es el cigarrillo.
«Este tipo de comercio tiene una mayor importancia de la que se cree. Lo que hace es solventar las actividades financieras de organizaciones criminales», señaló Fernández a periodistas.
Contrabando, Al Qaeda y Hezbollah
Fernández explicó que estas organizaciones internacionales están ligadas a actividades como el narcotráfico y el terrorismo. Lo que genera pérdidas de al menos 40 billones de dólares anuales en impuestos.
Apuntó que entre los grupos criminales vinculados al alijo de cigarrillos se encuentran las pandillas centroamericanas, Los Zetas de México, Al Qaeda y Hezbollah.
Mayorga enfatizó que solo en El Salvador se pierden 1.000 millones de dólares al año por el contrabando de mercadería.
Un estudio de la firma CID Gallup publicado en 2016 señaló que anualmente El Salvador consume 940 millones de dólares en cigarrillos, de los que 31% son ilícitos. Este es el porcentaje más alto en Centroamérica después de Panamá (67%).
Las autoridades policiales denunciaron que, además de atentar contra la seguridad de El Salvador, las pandillas minan la salud y la economía del país al abrigar el contrabando de cigarrillos en los territorios que controlan.