Diario El Tiempo

El candidato del correísmo a la presidencia de Ecuador en los comicios de 2021, Andrés Arauz, prefirió, al ser preguntado sobre Venezuela, no entrar a opinar sobre los asuntos internos de otro país, de la misma forma que no quiere que ni Venezuela ni Estados Unidos, ni ningún otra nación, se pronuncien sobre la situación política interna en su país.

Y aunque afirmó, en una entrevista con EFE un día después de ser elegido en primarias para aspirar a la presidencia del país, su respaldo a los derechos humanos, reiteró que cualquier acción en su defensa debe hacerse a nivel internacional, en el marco de la ONU.

«Venezuela es parte del sistema internacional y a pesar de que ahora se quiera poner un supuesto presidente reconocido artificialmente, en lo que es más una maniobra diplomática, creemos que lo que puede hacer un gobierno progresista del Ecuador es tender puentes para recuperar el respeto que se merece el pueblo venezolano», dijo.

«En el escenario internacional estamos dispuestos a ello, pero no nos vamos a meter a donde no nos inviten», más allá de seguir brindando apoyo a los venezolanos que han migrado a Ecuador por la grave crisis en su país, agregó.

Arauz añadió que los problemas sanitarios y económicos de Ecuador son demasiados como para pensar en política exterior, pero desde ahora aclara que dará un fuerte respaldo al multilateralismo y a la integración sudamericana.

«Soy un profundo adepto de la integración regional, no solo por razones económicas, productivas, financieras y comerciales, sino también por razones de identidad cultural».

Discípulo ideológico de Rafael Correa, que le acompaña en el binomio electoral como aspirante a la vicepresidencia, dijo que la integración regional es un imperativo que debe continuar en el marco de la diversidad política e ideológica.

«Vamos a encontrar muchos elementos en común en una coyuntura como la actual, en la que la salud es una prioridad para todos», insistió.

Además, consideró que esa integración, que a nivel sudamericano fue interrumpida en 2018 cuando varios gobiernos abandonaron la Unasur, que tenía su sede en Quito, debe coordinar posiciones en los foros internacionales en temas económicos y financieros para combatir la relación desigual de los países del sur.

«Ecuador va asumir un rol protagónico para unir posiciones independientemente del signo ideológico», aseguró.

Preguntado sobre el cierre de la Unasur, la ve con una frustración ya que fue un presidente de Ecuador, Lenín Moreno, el que renunció a ser la capital de Sudamérica.

Las alternativas a esa organización, que fue fruto de los gobiernos de izquierda de hace más de una década en el continente, son para Arauz una versión mejorada 2.0 de ella o la CELAC.

En cuanto a Estados Unidos, país con el que Moreno restableció la proximidad política tras diez años de distanciamiento durante el correísmo, Arauz recordó que se había formado en ese país, donde tiene amigos de distintas orientaciones políticas y corrientes.

«Vamos a construir sobre la base de los principios de las relaciones internacionales. Tenemos un gobierno de Estados Unidos sobre el cual no me voy a pronunciar en respeto al principio de autodeterminación y soberanía, pero allí van a pasar por un proceso electoral que seguramente generará algunos matices en los que buscaremos la mejor de las relaciones», dijo.

Pero dice que apelará al respeto de la soberanía de los pueblos y la autodeterminación porque a su juicio, las sanciones que no hayan sido aprobadas en el Consejo de Seguridad de la ONU, suponen un abuso del derecho que no debe enfrentar ningún país de América Latina ni del Caribe.


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