Bolsonaro
Foto: Archivo

El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, comenzó a tejer junto a sus aliados un nuevo partido después de haber abandonado la víspera la formación con la que llegó al poder en las elecciones de octubre de 2018.

El mandatario de Brasil, de 64 años de edad, rompió sus lazos con el Partido Social Liberal a causa de fisuras en el seno de la formación. El partido se encontraba desgastado por las divergencias entre sus dirigentes y las sospechas de corrupción.

Ahora Bolsonaro pretende fundar un nuevo partido, la Alianza por Brasil, pero tiene por delante un largo y engorroso camino en el Tribunal Superior Electoral. Debe recoger 500.000 firmas distribuidas en al menos nueve de los 27 estados brasileños.

La duda que todavía está en el aire es si el partido estará listo para las elecciones municipales del próximo año. Podrían servir de termómetro para medir la fuerza política del capitán de la reserva del Ejército, en el poder desde el pasado 1 de enero.

La crisis en el PSL, la sigla de alquiler de Bolsonaro

Llegó al poder de la mano del PSL, una sigla de alquiler que reunió bajo un mismo paraguas a políticos conservadores con intereses diferentes.

El partido irrumpió en las pasadas elecciones y pasó a convertirse en el segundo mayor grupo en la Cámara Baja, por detrás del opositor Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

No obstante, a pesar de su fuerza en el Parlamento, la base del PSL ha ido deshaciéndose como un castillo de naipes.

La ruptura entre el mandatario y el PSL se esperaba desde hace algunos meses y se formalizó este martes en medio de una crisis interna desatada debido al apetito de muchos dirigentes por las elecciones municipales y el protagonismo asumido por dos hijos del mandatario, los políticos Flavio y Eduardo, quienes airearon públicamente los trapos sucios del partido.

Además de las rencillas internas, el PSL también ha sido salpicado por sospechas de irregularidades en las elecciones, que han llevado al Ministerio Público a denunciar formalmente ante la justicia al actual ministro de Turismo, Marcelo Álvaro Antonio.

El dirigente del PSL, único representante del partido en el gabinete de Bolsonaro, lo acusaron de promover, el año pasado, una serie de candidatos fantasmas a fin de aumentar los recursos que la formación recibía del llamado fondo partidario, constituido con dinero público y destinado a financiar campañas políticas.

Esa misma acusación se vertió contra el presidente del PSL, Luciano Bivar, quien en octubre fue sometido a una investigación policial.

Alianza por Brasil

Tras anunciar su salida, Bolsonaro ahora creará un nuevo partido, el décimo por el que pasará en sus 30 años de vida política. Pretende construirlo sobre las premisas con las que ganó las elecciones de octubre de 2018, en las que enarboló la bandera contra la corrupción.

Por ello, la Alianza por Brasil se presenta como el rescate a un país masacrado por la corrupción y la degradación moral contra las buenas prácticas. También para cuidar las buenas costumbres y librar al país de los ladrones, los listillos, los demagogos y los traidores.

“Nuestra Alianza es con las familias, con las personas de bien, con los trabajadores, con los empresarios, con los militares, con los religiosos; con todos aquellos que desean un Brasil realmente grande, fuerte y soberano”, reza el manifiesto.


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