El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que no negará la ayuda a los inmigrantes que la soliciten, pero que esta no podrá ser indiscriminada, luego de confirmar la retirada de su país del Pacto Migratorio de Naciones Unidas.

El mandatario hizo el anuncio por Twitter, luego de haber enfatizado horas antes por esa misma red social que Brasil es soberano para decidir la aceptación de inmigrantes.

Bolsonaro también señaló que se necesita buscar la mejor solución de acuerdo con la realidad de cada Estado. “Si controlamos a quién dejamos entrar en nuestras casas, ¿por qué haríamos algo diferente con nuestro país?”, dijo.

En su primer mensaje del día, el gobernante aseguró que las personas que entren tendrán que someterse a las leyes brasileñas y respetar su cultura, y añadió que “no es cualquiera el que entra en nuestra casa, ni será cualquiera el que ingresará en Brasil por la vía de un acuerdo adoptado por terceros”.

El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de la ONU fue suscrito en diciembre por 152 países, entre ellos Brasil, durante la gestión del ahora ex presidente Michel Temer.

Dos de las naciones que rechazaron adherirse al convenio fueron Estados Unidos e Israel, con las que el gobierno de Bolsonaro busca estrechar lazos durante su gestión que comenzó el primero de enero.

El mandatario expresó su voluntad de salir del Pacto Migratorio la misma semana en la que fue firmado en Marrakech, pero la retirada se hizo efectiva el martes pasado, después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño lo notificó a la ONU.

Bolsonaro ya había manifestado su intención de establecer criterios para limitar el ingreso de venezolanos que buscan refugio luego de huir de la crisis política, económica, sanitaria y social de su país. “La defensa de la soberanía nacional fue una de las banderas de la campaña y será una prioridad de nuestro gobierno. Los brasileños y los inmigrantes que viven aquí estarán más seguros con las reglas que definiremos por cuenta propia, sin presión del exterior”, afirmó el presidente en otro mensaje por Twitter.

Las autoridades brasileñas estiman que entre 700 y 800 venezolanos entran diariamente en su territorio. De acuerdo con los datos oficiales, desde 2017 y hasta septiembre pasado ingresaron 154.920 venezolanos por Pacaraima, en el estado amazónico de Roraima y único paso fronterizo entre ambos países, pero algo más de la mitad, 79.402, ya abandonó Brasil.

La falta de infraestructura en Roraima, uno de los estados más pobres de la nación suramericana, ha generado conflictos entre brasileños y venezolanos y obligó al Ejecutivo a iniciar un proceso, que avanza lentamente, para trasladar a los inmigrantes a otras ciudades.

Lula seguirá en la cárcel. En otro texto que publicó en las redes sociales, Bolsonaro anunció que su gobierno reafirmará ante los foros competentes la validez de la medida que prevé el encarcelamiento de personas que han sido condenadas en segunda instancia, como es el caso de Luiz Inácio Lula da Silva. “Vamos a combatir la impunidad”, dijo.

“Si controlamos a quién dejamos entrar en nuestras casas, ¿por qué haríamos algo diferente con nuestro país”


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