Bolivia entregó este lunes la Presidencia pro tempore de la Unión de Naciones Suramericanas a Brasil, luego de intentos vanos de reunir a los cancilleres de los países miembros y a pocos días de que Argentina y Paraguay anunciaran su decisión de dejar de participar en el bloque de integración regional.

En una rueda de prensa, el ministro de Exteriores de Bolivia, Diego Pary, señaló que su país ha remitido la «comunicación oficial» del traspaso de la Presidencia temporal del organismo a Brasil después de ejercerla por un año calendario, desde el 12 de abril de 2018. Brasil asume la cabeza del organismo de acuerdo con lo dispuesto en la norma constitutiva de Unasur, que establece que debe ser transferida por orden alfabético de los Estados que los componen, precisó el ministro boliviano.

«Hemos avanzado en la medida en que los mismos Estados miembros han decidido que se pueda avanzar», aseguró Pary, que lamentó que no se haya podido concretar una reunión de cancilleres a pesar de las invitaciones hechas durante la Presidencia de Bolivia. Uno de los «logros» destacados por Pary fue una reunión celebrada en Uruguay de coordinadores nacionales, en la que se elaboró un documento orientado a dar «bases de discusión» para el futuro de la organización de los Estados.

La Unasur se creó como un proyecto progresista impulsado por el fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, y apuntalado por otros líderes regionales como el ex mandatario argentino también fallecido Néstor Kirchner, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el ecuatoriano Rafael Correa y al actual gobernante de Bolivia, Evo Morales. La primera ruptura en el organismo nacido en 2008 se produjo cuando el año pasado Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú anunciaron la suspensión de sus participaciones.

En marzo pasado, Ecuador decidió retirarse del organismo al mismo tiempo que pidió retomar la administración del inmueble de la organización edificado en su territorio como sede de Unasur. La pasada semana Paraguay comunicó que comenzó su proceso de desvinculación, una decisión que también asumió Argentina al confirmar su separación de ese bloque suramericano que desde 2017 no ha designado a un secretario general. Consultado sobre el abandono de Argentina, el canciller Pary se limitó a señalar que el país que determine dejar la Unasur «deberá seguir el procedimiento que corresponde», según su tratado constitutivo.

Algunos mandatarios de los países que han asumido la decisión de alejarse de la Unasur o de suspender su participación han argumentado que es preciso encontrar nuevas formas de integración regional y critican su ideologización y estructura burocrática. En el organismo han quedando activos únicamente Uruguay, Guyana, Bolivia, Surinam y Venezuela.

En paralelo, varios países de la región abogan ahora por el Foro para el Progreso y Desarrollo de América Latina, conocido como Prosur, impulsado por Chile y Colombia, y respaldado por Argentina, Brasil, Ecuador, Perú y Paraguay. Países como Bolivia y Uruguay han planteado su reserva ante la nueva iniciativa que surgió el pasado 22 de marzo en Chile con la llamada Declaración de Santiago. Sobre ello, Pary manifestó que Bolivia «participará en todos los organismos y los foros internacionales que integren a los países» en tanto defiendan el bien común y compartan sus principios.


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