Trump y Biden
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Estados Unidos se dirige hacia una presidencial en noviembre que no entusiasma demasiado, luego de que el republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, grandes favoritos en sus respectivas primarias, se impusieran sin problemas en el llamado «supermartes».

Ante la aplastante victoria de Trump, su única rival aún en carrera, la exembajadora estadounidense ante la ONU Nikki Haley suspendió este miércoles su campaña, aunque sin respaldar al expresidente.

«Ahora es responsabilidad de Donald Trump ganarse los votos de aquellos en nuestro partido y fuera de él que no le respaldan, y espero que lo haga», afirmó Haley este miércoles en un discurso televisado en Charleston, Carolina del Sur.

Trump fue declarado vencedor en 14 estados de los 15 en disputa el martes. Se trata de Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, California, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Virginia, según proyecciones de medios de comunicación estadounidenses.

Solo Vermont privó al expresidente republicano de una victoria absoluta y se decantó por Haley.

Fue un «supermartes» sin misterio para Trump, de 77 años de edad, y Biden, de 81 años, que se encaminan a una revancha de la elección de 2020 y salieron de inmediato a pedir el voto de los electores de Haley en noviembre.

«¡Gracias – MAGA!»

El gran ganador de la noche del martes fue Trump, que estaba exultante.

«Ha sido una noche y un día increíbles, increíbles. Ha sido un período increíble en la historia de nuestro país», afirmó ante sus seguidores, congregados en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.

«¡Gracias – MAGA!», escribió antes en su plataforma Truth Social, utilizando el acrónimo de su lema «Make America Great Again» («Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo»).

Su perfil es atípico.

La Cámara de Representantes, cuando tenía mayoría demócrata, lo acusó de haber incitado a una insurrección. Fue absuelto por el Senado, pero se enfrenta a 91 cargos por delitos graves.

Esto no impide que sea apreciado por los votantes de clase trabajadora, blancos y de las zonas rurales.

Desde el 15 de enero y, a pesar de sus problemas legales, Trump ha ganado casi todas las primarias.

Los demócratas toman nota y dan la voz de alarma.

Trump «está decidido a destruir nuestra democracia» y «hará o dirá cualquier cosa para alcanzar el poder», afirmó Biden en un comunicado difundido por su equipo de campaña.

En otro pidió fondos porque «Trump está arrasando en las primarias». «Seremos nosotros contra toda la derecha trumpista en estas elecciones (…). Necesito tu ayuda», sostuvo el demócrata.

Hace ya semanas que Biden había dado por perdida la batalla de Haley.

Esta ex gobernadora de Carolina del Sur, de 52 años de edad, encarna el ala moderada del Partido Republicano y prometió restablecer la «normalidad» frente al «caos de Trump». Pero pese a ese discurso, solo acumuló derrotas.

El millonario quiere centrarse en una revancha con Joe Biden antes de tener que enfocarse en sus problemas legales.

Su primer juicio penal comienza el 25 de marzo en Nueva York.

Del lado demócrata, Biden puede estar tranquilo. No tiene rivales de peso.

Las candidaturas de dos demócratas, el parlamentario Deán Phillips y la autora de libros de autoayuda Marianne Williamson, nunca han suscitado entusiasmo a pesar de las críticas recurrentes de los votantes a la edad del presidente o a su apoyo a Israel.

Como se esperaba, el martes ganó en todos los estados, menos en un territorio: la Samoa estadounidense, archipiélago del Pacífico donde fue derrotado por un empresario prácticamente desconocido.

El jueves será la próxima gran noche del presidente: defenderá su visión para Estados Unidos durante un discurso ante el Congreso, el tradicional «Estado de la Unión».


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