Representantes de los gobiernos de Estados Unidos y Cuba se reúnen este martes y miércoles en Washington en una nueva ronda de conversaciones migratorias para evaluar la llegada de cubanos a territorio estadounidense.
Las conversaciones están lideradas del lado de Estados Unidos por Eric Jacobstein, subsecretario de Estado adjunto para América Central, y del lado cubano por el viceministro de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, detalló este martes en rueda de prensa que estos encuentros se celebran dos veces al año y reflejan «el compromiso» de Estados Unidos de revisar de manera rutinaria los acuerdos migratorios suscritos con Cuba en 1984.
Miller subrayó que las prioridades de la administración de Joe Biden son garantizar la «migración segura y ordenada», fomentar la «reunificación familiar» y promover un «mayor respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales» en la isla.
Cuba atraviesa en los últimos dos años una ola migratoria sin precedentes azuzada por la grave crisis que padece, con escasez de productos básicos, inflación galopante, cortes eléctricos y dolarización parcial de la economía.
Entre 2022 y 2023 se alcanzó la cifra récord de 425.000 migrantes cubanos que llegaron a la frontera sur de Estados Unidos, de acuerdo con datos de la Agencia de Aduanas y Patrulla Fronteriza de ese país.
Cuba y Estados Unidos tienen un acuerdo bilateral para que los migrantes que lleguen por mar al territorio estadounidense sean deportados al país caribeño.
Asimismo retomaron en abril de 2023 los vuelos de deportación, principalmente para personas consideradas «inadmisibles» después de estar retenidas en la frontera con México.
La nueva ronda migratoria se celebra este martes y miércoles en Washington, con una primera jornada de carácter político y una segunda de carácter técnico.
La Cancillería cubana dijo el lunes que si Estados Unidos «verdaderamente quisiera» disminuir el flujo migratorio de cubanos en su frontera sur con México, «sacaría» a la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, de la que forma parte desde 2021 y que conlleva sanciones para el país caribeño.