Laura Sarabia
Foto: Cortesía

Este viernes, Gustavo Petro le puso fin a una de sus semanas más críticas de su administración. En su discurso en el ascenso a subtenientes del Ejército, zanjó la polémica por el choque entre Laura Sarabia y Armando Benedetti causado por las revelaciones periodísticas sobre la niñera Marelbys Meza.

“Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada (Sarabia) y el embajador en Venezuela (Benedetti) se retiran del gobierno, para que desde el poder no se tenga la desconfianza de que se alterarán los procesos de investigación”.

La controversia estalló el fin de semana pasado, cuando se conocieron las denuncias de Meza en la revista Semana. La empleada del servicio señaló a Laura Sarabia, su antigua empleadora, de tratos irregulares y hasta de obligarla a pasar por la prueba del polígrafo en un sótano de la Casa de Nariño. Esto por la sospecha de un robo de una maleta que tenía una indeterminada cantidad de dólares, la cifra más repetida es 7.000, producto de viáticos por los viajes al exterior de la jefa de gabinete.

Sarabia se limitó a decir en un trino: “Mi familia y yo fuimos víctimas de un robo. La Fiscalía investiga como responsable a quien dio la versión a Semana. La jefatura de protección presidencial y la Sijin actuaron aplicando los protocolos en el marco de la ley”.

Luego, la jefatura de protección de Presidencia ahondó en el tema y aseguró que no se había incurrido en ninguna irregularidad y que todo se ajustaba al protocolo de “incidentes que vulneran la seguridad” de altos funcionarios. “Rechazamos versiones sobre supuestos abusos de poder, mal uso de recursos públicos y maltrato a personas indefensas”, rezaba el comunicado difundido el 27 de mayo.

Gobierno de Colombia y el caso de Laura Sarabia

Los primeros dos días de la semana, 29 y 30 de mayo, hubo pocos movimientos en el caso desde el gobierno colombiano. En cambio, la Fiscalía adelantó el martes una inspección en los sótanos de la Casa Nariño por las supuestas irregularidades en los procedimientos con la niñera. La imagen de la entrada de funcionarios del CTI a la sede del Ejecutivo ocupó los titulares. En la noche de esa jornada, se comenzó a vincular a Armando Benedetti al escándalo y se habló de un supuesto chantaje.

El miércoles en la mañana se confirmaron los rumores. Desde su espacio en W Radio, Daniel Coronell reveló que el embajador Armando Benedetti, antiguamente cercano a Sarabia, pues fue su primer trabajo y quien la llevó a la campaña presidencial de Gustavo Petro, habría tenido que ver con las denuncias en prensa, producto de un supuesto chantaje a la funcionaria. Incluso se supo de viajes de Meza a Venezuela en un chárter privado en el que también iba Benedetti. De acuerdo con esas informaciones, las acciones del embajador partían de una disputa con la que antes fue su subalterna.

A renglón seguido, El Tiempo pudo comprobar que el presidente Gustavo Petro había llamado a Benedetti a Bogotá, para que aclarara su papel en el escándalo. El embajador salió en su defensa a través de un largo hilo en el que aseguró que fue la propia Sarabia la que le pidió ayuda por las denuncias de Meza e hizo duros señalamientos en su contra: supuestamente era más el dinero robado y hasta llegó a insinuar que hubo interceptaciones ilegales de comunicaciones por parte de su antes protegida.

Completo silencio de Petro

Mientras tanto, la rama Ejecutiva guardaba completo silencio. El hermetismo desde el gobierno se dio en gran parte debido a que el primer mandatario y Sarabia estaban en Brasil, cumpliendo con su visita por la cumbre convocada por Inácio Lula da Silva, presidente de dicho país. Lo único que se llegó a saber fue que se iba a dar una reunión entre Petro, Benedetti y Sarabia al siguiente día del regreso a Colombia, es decir, el jueves. En un primer momento la información indicaba que sería a las 9 de la mañana en la base de Catam, pues desde allí el presidente iba a viajar a Acacias, Meta, para participar en una entrega de tierras.

No obstante, temprano se informó que el presidente cancelaba todas sus apariciones en público y se cambiaba la sede del encuentro a la Casa de Nariño. Fueron más de 12 horas de espera, en las que hubo poca claridad del paradero de los implicados. Aunque la caravana presidencial estuvo desde temprano estacionada en la entrada sur del palacio, no había certeza de que el primer mandatario estuviese en su despacho. Tampoco se sabía si Laura Sarabia se encontraba. Por su parte, cercanos a Armando Benedetti, que llegó a Colombia en la noche del miércoles, confirmaron que estuvo en Catam para cumplir con la cita y que luego estuvo esperando por varias horas la llamada del mandatario para llegar a Casa de Nariño.

La Fiscalía

Cercanos a Gustavo Petro confirmaron que estaba empapándose del tema para tomar una decisión a profundidad. Lo único que interrumpió la expectativa fue una rueda de prensa en la que la Fiscalía reveló que en el marco de este escándalo hubo interceptaciones ilegales a Meza y a otra empleada de Sarabia, haciéndolas pasar como parte de un grupo criminal. “Volvieron miembros del clan del Golfo a dos personas para escucharlas ilegalmente, ¿ustedes se pueden imaginar estas prácticas?”, dijo el fiscal Francisco Barbosa. Lo que era una mera pelea entre funcionarios pasó a ser un tema de índole judicial.

A pesar de la dureza de las declaraciones de Barbosa, no hubo mayor reacción por parte del presidente o sus subalternos, solo el ministro de Defensa, Iván Velásquez: “Con la misma vehemencia con la que en el pasado reclamé justicia, lo hago hoy. Quienes ordenaron las recientes interceptaciones ilegales no pueden quedar en la impunidad”.

El primer mandatario se mantuvo todo el día alejado de Twitter, el medio que ha convertido en su principal tribuna. Ni las revelaciones del ente acusador rompieron con su silencio. Con la llegada de la noche se supo que el presidente Petro ya no estaba en Palacio y que Laura Sarabia había salido para reunirse con sus abogados. Quedaba la duda si el encuentro sería el viernes o se iba a realizar en un lugar alejado de palacio.

Gobierno se pronuncia por caso de Laura Sarabia

Fue lo segundo; a las 10 de la noche se supo que, en el apartamento de un funcionario, al oriente de la ciudad, se estaba reuniendo el presidente y sus funcionarios. Dos horas después, Gustavo Petro rompió el silencio de casi 24 horas en redes sociales: “Acusar al gobierno del cambio de interceptaciones ilegales es de tamaña irresponsabilidad. Mañana nos pronunciaremos sobre las decisiones alrededor del caso del polígrafo”.

La mañana del viernes comenzó con la noticia no oficial de que Sarabia y Benedetti salían del gobierno. También hubo detalles de la reunión: fue tensa y hubo una orden de “guardar silencio”. Esta directriz fue violada por el todavía embajador, que en la madrugada publicó por breves minutos un pantallazo de una conversación con el primer mandatario: en esta el presidente les reiteraba la orden de no hablar y Benedetti expresaba sus molestias por revelaciones a la prensa sobre sus viajes sin permiso de la Cancillería.

Solo faltaba que Gustavo Petro confirmara que salían dos de sus cercanos. ¿Sería en una alocución? ¿Lo haría por Twitter? Ninguna de estas . El mandatario lo dijo en su discurso ante miembros del Ejército. Luego llegaron las sendas cartas de renuncia y los agradecimientos al que hasta hace unos minutos fue su jefe.

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