Túnez
Foto: Prensa local

Varios grupos de manifestantes cerraron este martes las válvulas de bombeo de los yacimientos petroleros de Douleb, en la región de Kasserine, y de Kebiba, en la región costera de Sfax, después de que el gobierno de Túnez llegó a un acuerdo con el movimiento de protestas del sitio de El Kamour, tras más de cuatro meses de negociaciones.

Según la prensa local, los protestantes de Douleb expulsaron a la fuerza a los empleados de la compañía y paralizaron la producción, que cuenta con una decena de pozos, para denunciar la falta de compromiso de las autoridades locales ante sus demandas de empleo y desarrollo regional.

En declaraciones a la agencia estatal TAP, el coordinador del movimiento, Mohamed Raouf Khadhraoui, instó al gobierno a movilizar una delegación para iniciar un proceso de diálogo y advirtió que continuarán con sus acciones hasta que sus peticiones sean atendidas.

«Hemos aumentado la escalada porque el gobierno sigue sin escuchar las reivindicaciones de los habitantes de una de las regiones con mayor tasa de desempleo y pobreza», afirmó Khadhraoui.

Negociaciones

Por su parte, los manifestantes de Kebiba anunciaron en un comunicado de prensa el fracaso de las negociaciones con el gobernador de la región, al que acusaron de falta de voluntad para encontrar una solución a sus reivindicaciones laborales.

Según el diario digital «IBoursa», este sitio es explotado por Panoro Energy, con base en Londres, con un 49% y por la Compañía pública Tunecina de Actividades Petroleras (ETAP) con 51%, que genera unos ingresos anuales al Estado de 24 millones de euros.

Empleos

El pasado 9 de noviembre, el primer Ministro tunecino, Hichem Mechichi, dio por zanjadas las protestas de El Kamour, que bloqueaban desde hacía cuatro meses la producción del principal yacimiento del país con el fin de presionar al Estado para que cumpliese un acuerdo firmado en 2017 en el que se comprometía a crear miles de puestos de trabajo, lo que ha provocado unas pérdidas de 245 millones de euros.

Mechichi, en el poder desde comienzos de septiembre, se felicitó por haber resuelto el conflicto en tan sólo cinco semanas de diálogo gracias a una delegación del gobierno que tenía por objetivo no volver hasta encontrar una solución final y aseguró: «todas las regiones del país tendrán derecho a negociaciones».

Tras la firma de este nuevo acuerdo, que incluyó créditos para la realización de proyectos locales y ayudas a asociaciones, el Estado deberá contratar a 4.500 jóvenes desempleados en las compañías estatales petroleras y de medio ambiente además de invertir 27 millones de euros anuales en la zona.

Compañías extranjeras

Las compañías extranjeras presentes -la austriaca OMV, la británico-tunecina Oil and Gas Ventures Limited (ATOG) y la italiana ENI- reclamaron sin éxito la intervención del presidente tunecino, Kais Saied, y amenazaron con abandonar el país ante la falta de acuerdo, lo que habría supuesto la destrucción de más de 2.000 puestos de trabajo.

En 2017, El Kamour fue ya escenario de una movilización similar que duró más de tres meses y que concluyó con el citado compromiso del gobierno para mejorar las infraestructuras y atajar el desempleo, que en 2019 alcanzó allí la mayor tasa nacional con 28,7%.

Desde entonces, las protestas se repiten de manera periódica en esta zona, que según las cifras oficiales aporta el 40% del petróleo y el 20% del gas a la producción nacional.


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