Foto: EFE

Argentinos forman largas filas frente a bancos en Buenos Aires, desde una hora antes de su apertura, esperando para poder retirar sus ahorros.

Esto sucede luego de que el gobierno dispuso restricciones cambiarias para lidiar con la crisis financiera que golpea al país.

“Saqué mi plata del banco por precaución. Creo que es un momento en donde nos estamos llevando muchas sorpresas. Mañana nos podemos levantar y ver que todo cambió, prefiero ser precavida y no arrepentirme después”, dijo a la agencia Reuters Catalina Pedace, una empleada y estudiante universitaria de 25 años de edad

Habituados a los descalabros económicos y a perder sus ahorros, los argentinos son capaces de predecir una crisis a distancia. Las medidas anunciadas por el gobierno fueron para muchos una señal de alerta.

Los antecedentes

En las crisis de 1989/1990 y de 2001/2002, muchos ahorristas perdieron su dinero por el congelamiento y confiscación de depósitos. Estos recuerdos aún están vivos en las calles del centro financiero de Buenos Aires.

La aplastante victoria de la oposición en las elecciones primarias del 11 de agosto provocó inestabilidad financiera. El país ya está golpeado por la alta inflación y el crecimiento de la pobreza.

El resultado dejó al presidente Mauricio Macri, el candidato favorito de los mercados, con pocas probabilidades de ser reelecto y desencadenó un derrumbe de la confianza de los inversores y de la moneda local.

Mientras, a las puertas de varios bancos, los clientes se quejaban de las largas filas para sacar el dinero de sus cuentas y también de problemas de los sistemas de banca digital, que en ocasiones impedían realizar operaciones.

Los depósitos totales de los bancos en dólares descendieron de 35.245 millones de dólares antes de las elecciones primarias a 31.551 millones de dólares el 27 de agosto, según el último Informe Monetario del Banco Central Argentino, previo a los límites a las compras de divisas impuestos por el banco central.

“Yo no tengo depósitos en dólares. Tengo ahorros en dólares que no están depositados porque hace dos años atrás empecé a oler un poquito mal esta situación, pero me preocupa y me apena ver a toda esta gente fuera de los bancos esperando que les reintegren sus depósitos”, contó Liliana Ibarra, una jubilada de 60 años de edad.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!