En la imagen un registro del presidente de Argentina, Alberto Fernández, quien afirmó que hará todo lo posible para ayudar a estos países y a otros que lo necesiten porque sabe del "problema que existe" a nivel global para conseguir vacunas. EFE/Juan Mabromata/Archivo

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, dijo este domingo que ofreció ayuda a Uruguay y Bolivia para que puedan conseguir vacunas contra la covid-19 en un escenario donde, denunció, se está produciendo una concentración de compras de vacunas en los países centrales del mundo desarrollado.

«Hablé con el canciller uruguayo, mi amigo Pancho (Francisco) Bustillo, y hablé con el presidente de Bolivia, Luis Arce. Les dije que, en lo que yo pudiera ayudar, contaban conmigo. Me puse a disposición para ayudarlos y generar los contactos necesarios para ayudarlos a tener la vacuna», dijo Fernández.

En declaraciones a Radio 10 de Buenos Aires, el presidente argentino afirmó que hará todo lo posible para ayudar a estos países y a otros que lo necesiten porque sabe del «problema que existe» a nivel global para conseguir vacunas.

Fernández dijo estar eternamente agradecido a Rusia por haber prestado «generosa y singular atención a Argentina», que el jueves pasado recibió un primer lote de 300.000 dosis de la vacuna Sputnik V, desarrollada por el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología.

«En el contrato se han comprometido a darnos una cantidad de vacunas muy importante para que nosotros vacunemos a los argentinos», destacó.

Guerra geopolítica y comercial

Consultado sobre las dudas a nivel local sobre la calidad de la vacuna rusa, Fernández pidió ser «cautos» y no dejarse llevar «por lo que es una guerra por momentos geopolítica y por momentos comercial».

Recordó que detrás de la venta de las vacunas «hay un mercado de decenas de miles de millones de dólares», pero aseveró que todas las vacunas que se están produciendo «son hechas por laboratorios de primer orden en el mundo que nadie se animaría a cuestionar».

Reiteró que «hay además un elemento geopolítico». Observó que, mientras a la de Pfizer no la llaman la vacuna estadounidense y a la de AstraZeneca no le dicen la vacuna inglesa, a la de Gamaleya «le dicen la vacuna rusa, con todo el condimento despectivo que algunos quieren ponerle sobre un instituto mundialmente reconocido y que acumula varios premios Nobel en su historia».

Concentración de compras

Fernández afirmó que «el mundo central ha acaparado las vacunas para ellos y por esos todos los países de la periferia están buscando vacunas con la misma preocupación y las mismas dificultades» que Argentina, que negocia la provisión con otros laboratorios, además de los acuerdos ya firmados con Rusia, con AstraZeneca, que desarrolló una vacuna junto a la Universidad de Oxford, y con la alianza internacional Covax, que depende de Naciones Unidas.

El presidente argentino advirtió que es muy «dificultoso lo que viene» porque, mientras hay una demanda real de vacunas, se demora la producción y se están concentrando las compras en los países centrales del mundo.

Por otra parte, confirmó que el próximo martes comenzarán a aplicar en Argentina las primeras dosis de la Sputnik V.

Destacó que son menos de diez los países que en todo el mundo comenzarán a vacunar antes de que finalice este año.

«Por eso digo que es tan importante lo que hemos logrado», señaló.

A lo largo de 2021, Argentina, que tiene una población de 45 millones de habitantes, planea administrar 51 millones de dosis, lo que implicará el trabajo de 116.000 integrantes de los equipos de vacunación que desarrollarán su tarea en 7.749 establecimientos de salud.

Desde el inicio de la pandemia, Argentina suma 1.578.267 casos del coronavirus SARS-CoV-2, con un total de 42.501 fallecimientos.


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