Alberto Fernández
Foto: Archivo

Argentina retornará a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), fundada en 2008 y de la que había salido en 2019, como lo hicieron en el último lustro la mayoría de países que la integraban, que la acusaban de estar ideologizada, anunció este martes su presidente, Alberto Fernández.

«En América Latina estamos todos en el mismo bote, y la construcción de la unidad debe dejar de lado la utilización política, porque eso nos condena a más postergación. Por eso debemos revitalizar cuanto antes a la Unasur», dijo el mandatario durante un encuentro con el Grupo de Puebla en la Casa Rosada (sede gubernamental), según informaron fuentes de Presidencia.

«Si Brasil y Argentina estamos dentro, la Unasur tendrá otra potencia y tendremos que avanzar para que todos los países hermanos vuelvan a encaminarse» hacia este bloque regional cuyo primer secretario general, en 2010, fue el fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y actualmente está integrado por Venezuela, Bolivia, Guyana, Surinam y Perú.

Fernández anunció que su país reactivará los derechos y obligaciones de Argentina ante el organismo regional que frenó con su salida durante el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).

El mandatario recibió este martes en el Salón de los Pueblos Originarios de la Casa Rosada a integrantes del Grupo de Puebla, foro que reúne a líderes progresistas de Latinoamérica y de España, y del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia (Clajud).

Después del encuentro, Ernesto Samper, expresidente de Colombia y secretario general de la Unasur entre 2014 y 2017, reflejó su alegría por el retorno de un socio importante, como Argentina.

«Con esto ya son seis los países en Unasur. También muchos de ellos son parte del Grupo de Puebla y nos sentimos orgullosos de que así sea, que compartamos estos ideales progresistas», remarcó Samper al comparecer junto a otros referentes, como el expresidente del gobierno de España José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011).

«Con esto, Unasur se fortalece, amplía y retoma las banderas sociales del progresismo en América Latina, lo cual no quiere decir que se excluyan otras banderas ideológicas como lo hicieron en el pasado al crear clubes ideológicos contra la integración. Nosotros estamos contra la ideologización de la integración», aseveró Samper.

La Unasur nació en 2008 impulsada por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez y apuntalada por otros líderes regionales, como el actual mandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.

En 2017 entró en crisis, cuando los 12 Estados miembros no pudieron ponerse de acuerdo sobre un nuevo secretario general, situación que se agravó por las posiciones encontradas sobre la crisis venezolana.

La situación se tornó crítica cuando, en 2018, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú, con gobiernos de centroderecha, suspendieron su participación y financiación.

Samper se mostró a favor de «una integración política» basada en «preservar la condición de América Latina como una zona de paz en el mundo».

En la reunión del Grupo de Puebla, celebrada en el marco del III Foro Mundial de Derechos Humanos que también acoge Buenos Aires, se trató también, según Samper, «la defensa de los líderes progresistas que están siendo víctimas de sistemas de persecución judicial».

«Por eso también estamos aquí, para respaldar a la vicepresidenta Cristina Kirchner, que ha sido víctima como otros dirigentes progresistas como el presidente Lula, (Rafael) Correa, Evo Morales, de estos ataques», aseveró.

Por su parte, Rodríguez Zapatero destacó que «no hay mejor manera que extender los derechos humanos a la educación, salud, dignidad, subsistencia, igualdad, que unir Latinoamérica».

«Al menos la generación que hoy impulsa el Grupo de Puebla, que está detrás, alienta, apoya y anima a los gobiernos progresistas, quiere dejar un legado», agregó el exmandatario español.

«Para muchos de los demócratas del mundo, la determinación de derrotar a (Jair) Bolsonaro, de derrotar a la extrema derecha en Chile, de parar el golpe en Bolivia, hacen de este continente el continente de la esperanza democrática, de la esperanza de los derechos humanos, de la justicia social», afirmó.


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