venezolanos varados ecuador
Foto EFE

Entre 200 y 400 venezolanos que aspiran a regresar al país en plena emergencia por el covid-19 se encuentran varados en la frontera norte de Ecuador con Colombia, cerrada a cal y canto, lo que obligó a diferentes colectivos pedir al gobierno un corredor humanitario.

La Organización Internacional para las Migraciones, que ha ayudado en la frontera durante la nueva emergencia, dijo a Efe que buscará brindar la asistencia humanitaria y de alojamiento temporal a casos de extrema vulnerabilidad de la población venezolana, grupo al que considera de atención prioritaria dentro de Ecuador.

La cara del retorno

«Aquí estamos todos los venezolanos luchando para poder llegar a nuestro país. Algunos tienen mucho tiempo aquí, 50 o 55 días caminando para poder llegar a la frontera, y no nos quieren dejar pasar», lamenta Andrea Inorseti, una venezolana que esta semana quedó atrapada en el cruce internacional de Rumichaca, frontera de Ecuador y Colombia, junto a decenas de paisanos.

Madre de tres hijas y con un hermano en silla de ruedas en Venezuela, esta joven salió caminando de Chile hace 60 días. Asegura, con la cara cubierta con una mascarilla azul, que esa realidad es la que las autoridades de los países que atraviesa no quieren ver.

En unas imágenes de la Prefectura de Carchi otro joven a rostro descubierto indica que lleva mes y medio caminando desde Perú junto a un grupo de 23 personas.

«Casi logramos el objetivo, no sabemos si vamos a la deriva», advierte ante el callejón sin salida que encuentra en el penúltimo país antes de poder acceder al suyo.

Alerta de las autoridades

«Si tenemos un flujo que sobrepase las 300 personas, se va a generar una crisis sanitaria y humanitaria, porque vienen caminando y duermen a la intemperie. Hay que actuar», refirió a Efe el prefecto de la provincia de Carchi, Guillermo Herrera.

Esa región andina ecuatoriana contabiliza, según la autoridad, alrededor de 7.000 migrantes venezolanos que residen en los seis cantones que la integran. Además, hay una población flotante de entre 200 y 300 personas que habitualmente ingresan o salen del territorio.

Pero el fin de semana saltaron las alarmas después de que llegaran autobuses desde Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador, con venezolanos, con la intención de llegar a Rumichaca, principal vía de acceso a suelo colombiano.

Ante tales hechos, la Prefectura, a través del Consorcio de Gobiernos Autónomos Provinciales de Ecuador, alertó de la situación. Exigió al Ejecutivo de Lenín Moreno que haga cumplir el decreto de emergencia que limita la movilidad interprovincial, pero que también interceda para crear un corredor humanitario para los retornados venezolanos.

«Pedimos al gobierno nacional que aplique todos los mecanismos que tiene a escala internacional con la finalidad de lograr un acuerdo con los gobiernos de Colombia y Venezuela, que permita un retorno voluntario y en condiciones seguras», manifestó Herrera en una entrevista virtual.

Nueva crisis humanitaria

El prefecto contabiliza mínimo a 150 menores y adultos mayores que durmieron al menos dos o tres noches en el puente internacional fronterizo, donde hasta agosto se concentraron miles de venezolanos pero en la dirección opuesta.

Y aunque Herrera es cauto en dar a conocer las medidas que están llevando a cabo organismos internacionales, ONG y gobiernos locales para evitar un efecto llamada, ya se preparan para hacer frente a una nueva crisis humanitaria. Esta vez, a causa de la pandemia y el consiguiente cierre de fronteras.

La ciudad de Tulcán, capital provincial, habilitó albergues, mientras que los organismos internacionales ofrecen ayuda alimentaria y alojamiento. La Prefectura dispuso, por su parte, un inmueble con capacidad para acoger a un centenar durante dos o tres noches.

El alcalde de Tulcán, Cristian Benavides, eleva la cifra de venezolanos atrapados en la urbe a 400, de acuerdo con un escrito remitido el miércoles por una legisladora del Grupo Parlamentario Fronterizo al canciller José Valencia y al que Efe tuvo acceso.

El documento hace un llamamiento urgente para que se garantice el derecho de regreso y la migración de retorno a los Estados de origen. Además, advierte del riesgo de la pandemia para los habitantes en Ecuador.

«La frontera en Rumichaca va a explotar», vaticina, por su parte, el presidente de la Asociación Civil Venezuela en Ecuador, Daniel Regalado. Esta misma semana el connacional atendió a varios grupos de compatriotas que llegaron a Quito desde Guayaquil, a algunos de los cuales pudo convencer para que no siguieran camino.

«Muchos están tratando de ser invisibles porque no pueden estar en la calle y los que cruzan al país vecino lo hacen por trochas, pasaje que los coyoteros les llegan a cobrar 50 dólares», recalca.

Las fronteras están cerradas

Aunque Colombia favorece el desplazamiento de venezolanos de retorno a su país, de momento Ecuador recordó que mantiene una política de cierre de fronteras por la emergencia sanitaria.

La Cancillería lamentó el lunes que haya habido desplazamientos aislados dentro del territorio nacional de ciudadanos venezolanos que tienen la intención de dirigirse a su país a través de la frontera ecuatoriano-colombiana.

Indicó que esas acciones contravienen la normas vigentes y constituyen un riesgo de salud para esas personas y sus familias.


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