Armas en Nueva York

Eric Adams, alcalde de Nueva York, anunció este lunes una serie de medidas de «intervención y prevención» para luchar contra el flujo de armas en la ciudad y reforzar los programas sociales para mantener a los jóvenes fuera de las calles.

Armas en Nueva York

«La violencia de las armas es una crisis de salud pública». Así lo expresó el alcalde, que asumió el 1 de enero el mando de la capital financiera estadounidense.

En lo que va de año, varios hechos violentos han devuelto a la memoria de los neoyorquinos la violencia de décadas pasadas.

Los últimos casos fueron la muerte de un policía; el homicidio de una joven de 19 años en un restaurante de comida rápida en el este de Harlem; y una bala perdida que hirió a una bebé de 11 meses en una calle del Bronx.

Los «malos tiempos»

«Aunque estadísticamente, Nueva York es una de las ciudades más seguras de Estados Unidos, no vamos a volver a los viejos malos tiempos», prometió Adams.

Se piensa reforzar las patrullas policiales, en particular en los lugares donde se produce 80% de la violencia.

Además, el alcalde espera «reparar los colegios, apoyar a los neoyorquinos sin techo, mejorar el acceso a los servicios de salud mental y cambiar la legislación», dijo.

Las armas son el principal problema del aumento de la violencia. En lo que va de año, la policía confiscó 350 armas ilegales en las calles. El año pasado fueron más de 6.000, afirmó.

Adams quiere impedir que las armas lleguen a la ciudad con controles en puertos, estaciones de tren y metro.

Pretende recurrir a las nuevas tecnologías como el reconocimiento facial y reforzar la inteligencia para luchar contra los traficantes. Y que las ventas estén certificadas.

Trabajo juvenil

Con 250.000 jóvenes entre 16 y 24 años que ni estudian ni trabajan, el alcalde quiere promover pasantías retribuidas de verano en asociación con empresas de la ciudad y reforzar los programas de inserción para los jóvenes acogidos en los servicios sociales de la ciudad.

El empleo juvenil es el mejor «antídoto en la carrera contra el crimen», dijo.

Otro capítulo de su programa es hacer frente a los crecientes problemas de salud mental, agravados durante la pandemia de covid-19, y que en su opinión contribuyen a la crisis de la violencia armada.

El alcalde y expolicía también propone una reforma del sistema judicial, en particular de la libertad condicional y la prisión preventiva, revisar la edad penal de los jóvenes, aumentar las penas por tráfico de armas, así como permitir a los jueces tener en cuenta el grado de peligrosidad de una persona.

Un joven de 16 ó 17 años, detenido por tenencia de armas, debería ser juzgado en los tribunales regulares y no en los de familia, según el alcalde.

En 2019, 2,5% de los jóvenes detenidos tenía una arma de fuego. En 2021 ese número pasó al 10%.


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